Читать онлайн книгу "Por Todos los Medios Necesarios"

Por Todos los Medios Necesarios
Jack Mars


Un Thriller de Luke Stone #1
Cuando los yihadistas se roban residuos nucleares de un hospital sin vigilancia de la ciudad de Nueva York en el medio de la noche, la policía, en una carrera frenética contra el tiempo, llama al FBI. Luke Stone, jefe de un departamento de élite y reservado dentro del FBI, es el único hombre al que se puede recurrir. Luke se da cuenta de inmediato que el propósito de los terroristas es crear una bomba sucia, que buscan un objetivo de alto valor, y que van a atacar en el plazo de 48 horas. Se produce una persecución de gato y ratón, enfrentando a los agentes del gobierno con más experiencia del mundo y a sus más sofisticados terroristas. A medida que el Agente Stone devela una capa tras otra, pronto se da cuenta de que se está enfrentando a una vasta conspiración, y que el objetivo es de aún más alto valor de lo que podría haber imaginado – hasta llegar al Presidente de los Estados Unidos. Con Luke incriminado por el delito, su equipo amenazado y su propia familia en peligro, no podría ser más lo que está en juego. Pero como un ex comando de las fuerzas especiales, Luke ha estado en posiciones difíciles antes, y no se dará por vencido hasta que encuentre una manera de detenerlos – haciendo lo que sea necesario. Un giro sigue a otro giro a medida que un solo hombre se encuentra en contra de un ejército de obstáculos y conspiraciones, incluso empujando los límites de lo que puede manejar, y culminando en un clímax impactante. Un thriller político con acción trepidante, locaciones internacionales dramáticas y suspenso constante, POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS marca el debut de una nueva serie explosiva que lo dejará pasando páginas hasta altas horas de la noche. El Libro 2 en la serie Luke Stone estará disponible en breve.





Jack Mars

Por Todos los Medios Necesarios un Thriller de Luke Stone – Libro 1




Jack Mars

Jack Mars es un ГЎvido lector y fanГЎtico de toda la vida del gГ©nero thriller. POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS es el thriller de debut de Jack. A Jack le gusta saber de ti, asГ­ que no dudes en visitar www.Jackmarsauthor.com (http://www.jackmarsauthor.com/) para unirte a la lista de correo electrГіnico, recibir un libro gratis, recibir regalos gratis, conectarte en Facebook y Twitter, ВЎy mantenerse en contacto!



Copyright В© 2015 por Jack Mars. Todos los derechos reservados. A excepciГіn de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de EE.UU. de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida, distribuida o transmitida en ninguna forma o por ningГєn medio, o almacenada en un sistema de base de datos o de recuperaciГіn de informaciГіn sin el consentimiento previo del autor. Este libro electrГіnico estГЎ disponible sГіlo para su disfrute personal. Este libro no puede ser revendido o dado a otras personas. Si desea compartir este libro con otra persona, tiene que adquirir una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎ leyendo este libro y no lo comprГі, o no lo comprГі para su uso exclusivo, entonces por favor devuГ©lvalo y compre su propia copia. Gracias por respetar el duro trabajo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, acontecimientos e incidentes son producto de la imaginaciГіn del autor o se utilizan ficcionalmente. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es pura coincidencia. Imagen de la cubierta del libro Copyright wavebreakmedia y Michael Rosskothen, usada bajo licencia de Shutterstock.com.




PARTE UNO





CapГ­tulo 1


5 de junio, 1:15 a.m.

Condado de Fairfax, Virginia – Suburbios de Washington, DC



El telГ©fono sonГі.

Luke Stone yacГ­a en la cama entre dormido y despierto. Por momentos, aparecГ­an imГЎgenes en su mente. Era de noche en una carretera vacГ­a barrida por la lluvia. Alguien resultГі herido. Un accidente de automГіviles. A lo lejos, se acercaba una ambulancia moviГ©ndose rГЎpidamente. La sirena sonaba a alto volumen.

AbriГі los ojos. Junto a Г©l, en la mesa de noche, en la oscuridad de su habitaciГіn, el telГ©fono estaba sonando. HabГ­a un reloj digital en la mesa al lado del telГ©fono. EchГі un vistazo a sus nГєmeros rojos.

"Dios mГ­o", susurrГі. HabГ­a estado dormido tal vez durante una media hora.

La voz de su esposa Rebecca, entre dormida: "No respondas".

Un mechГіn de su pelo rubio asomaba por debajo de las mantas. Una suave luz azul de una luz de noche en el baГ±o se filtraba en la habitaciГіn.

TomГі el telГ©fono.

"Luke", dijo una voz. La voz era profunda y ГЎspera, con un mГ­nimo indicio de acento sureГ±o. Luke conocГ­a la voz demasiado bien. Era Don Morris, su antiguo jefe en el Equipo de Respuesta Especial.

Luke se pasГі una mano por el pelo. "ВїSГ­?".

"ВїTe despertГ©?", dijo Don.

"ВїQuГ© te parece?".

"No te habrГ­a llamado a tu casa. Pero tu telГ©fono celular estaba apagado".

Luke refunfuГ±Гі. "Es porque lo apaguГ©".

"Tenemos problemas, Luke. Te necesito en esto".

"Dime", dijo Luke.

EscuchГі a medida que la voz hablaba. Pronto, tuvo esa sensaciГіn que solГ­a tener; la sensaciГіn de que su estГіmago estaba en un ascensor descendiendo rГЎpidamente cincuenta pisos. Tal vez por eso habГ­a renunciado al trabajo: no por la gran cantidad de escapadas por un pelo, no porque su hijo estaba creciendo tan rГЎpidamente, sino porque no le gustaba esa sensaciГіn en el estГіmago.

El saber era lo que lo enfermaba. SabГ­a demasiado. PensГі en los millones de personas por ahГ­, viviendo sus vidas felices, felizmente ignorantes de lo que estaba pasando. Luke les envidiaba su ignorancia.

"ВїCuГЎndo sucediГі?", dijo.

"No sabemos nada todavГ­a. Hace una hora, tal vez dos. El hospital se dio cuenta de la violaciГіn de seguridad hace unos quince minutos. Tienen empleados con paradero desconocido por lo que, por ahora, parece un trabajo interno. Eso podrГ­a cambiar a medida que entre mejor informaciГіn. La policГ­a de Nueva York se ha vuelto loca, por razones obvias. Llamaron a dos mil policГ­as adicionales y, para mГ­, no va a ser suficiente. La mayorГ­a de ellos ni siquiera llegarГЎ hasta el cambio de turno".

"ВїQuiГ©n llamГі a policГ­a?", dijo Luke.

"El hospital".

"ВїQuiГ©n nos llamГі a nosotros?".

"El Jefe de la PolicГ­a".

"ВїLlamГі a alguien mГЎs?".

"No. SГіlo a nosotros".

Luke asintiГі.

"Okey, bien. Vamos a mantenerlo de esa manera. Los policГ­as tienen que sellar la escena del crimen y asegurarla. Pero tienen que mantenerse fuera del perГ­metro. No quiero que la pisen. TambiГ©n tienen que mantener esto lejos de los medios de comunicaciГіn. Si los periГіdicos se enteran, va a ser un circo".

"Hecho y hecho".

Luke suspirГі. "Supongamos que haya una ventaja inicial de dos horas. Eso es malo. EstГЎn mucho mГЎs adelante que nosotros. PodrГ­an estar en cualquier lugar".

"Lo sГ©. La policГ­a estГЎ vigilando los puentes, los tГєneles, los subterrГЎneos, los trenes a los suburbios. EstГЎn viendo los datos de peaje de autopistas, pero es una aguja en un pajar. Nadie tiene el personal para hacer frente a esto".

"ВїCuГЎndo vas para allГЎ?", dijo Luke.

Don no lo dudГі. "Ahora. Y vas a venir conmigo".

Luke mirГі el reloj de nuevo. 1:23.

"Puedo estar en la plataforma de helicГіptero en media hora".

"Ya he enviado un coche", dijo Don. "El conductor acababa de llegar. Va a estar en tu casa en diez minutos".

Luke colocГі el telГ©fono en su soporte.

Rebecca estaba medio dormida, con la cabeza apoyada en un codo, mirГЎndolo. Su cabello era largo y caГ­a hacia sus hombros. Sus ojos eran azules, enmarcados en pestaГ±as gruesas. Su bonita cara era mГЎs delgada que cuando se conocieron en la universidad. Los aГ±os transcurridos habГ­an afinado su cara a fuerza de problemas y preocupaciГіn.

Luke se lamentaba por eso. Lo enfurecГ­a pensar que el trabajo que tenГ­a le habГ­a causado dolor alguna vez. Esa era otra razГіn por la que habГ­a dejado el trabajo.

Se acordГі de cГіmo era cuando eran jГіvenes, siempre riendo, siempre sonriente. En aquel entonces era despreocupada. HacГ­a mucho tiempo desde que habГ­a visto esa parte de ella. PensГі que quizГЎs este tiempo lejos del trabajo la harГ­a regresar a cГіmo era antes, pero el progreso era lento. HabГ­a destellos de la verdadera Becca, sГ­, pero eran fugaces.

Se dio cuenta de que ella no confiaba en la situaciГіn. No confiaba en Г©l. Ella estaba esperando esa llamada telefГіnica a mitad de la noche, la que Г©l tendrГ­a que responder. En la que iba a colgar el telГ©fono, levantarse de la cama y salir de la casa.

HabГ­an tenido una buena noche esta noche. Durante unas horas, habГ­a sido casi como en los viejos tiempos.

Ahora esto.

"Luke…", comenzó. Su ceño fruncido no era amable. Le decía que iba a ser una conversación difícil.

Luke se levantГі de la cama y se moviГі rГЎpido, en parte porque las circunstancias lo exigГ­an, en parte porque querГ­a salir de la casa antes que Becca organizara sus pensamientos. Se metiГі en el baГ±o, se echГі agua en la cara y se mirГі al espejo. Se sentГ­a despierto pero sus ojos estaban cansados. Su cuerpo parecГ­a enjuto y fuerte. Una cosa que tanto tiempo libre habГ­a significado era que iba al gimnasio cuatro veces por semana. Treinta y nueve aГ±os, pensГі. Nada mal.

En el interior del vestidor, sacГі una larga caja de seguridad de acero del fondo de un estante alto. De memoria, pulsГі la combinaciГіn de diez dГ­gitos. Se abriГі la tapa. SacГі su Glock de nueve milГ­metros y la enfundГі en una pistolera de cuero. Se agachГі y sujetГі una pequeГ±a pistola calibre .25 a la pantorrilla derecha. SujetГі una hoja plegable serrada de cinco pulgadas a la pantorrilla izquierda. El mango hacГ­a las veces de nudillera.

"PensГ© que ya no ibas a tener mГЎs armas en la casa".

LevantГі la vista y por supuesto Becca estaba allГ­, mirГЎndolo. Llevaba una bata de baГ±o apretada al cuerpo. Llevaba el pelo recogido hacia atrГЎs. TenГ­a los brazos cruzados. Su rostro estaba fruncido y sus ojos alertas. La mujer sensual de mГЎs temprano esa misma noche quedГі lejos. Muy lejos.

Luke sacudiГі la cabeza. "Nunca dije eso".

Se puso de pie y empezГі a vestirse. Se puso los pantalones cargo negros y tirГі un par de tambores adicionales para la Glock en los bolsillos. Se puso una camisa de vestir apretada y asegurГі la Glock sobre ella. DeslizГі las botas con punta de acero en sus pies. CerrГі la caja para armas y la empujГі de nuevo a la parte superior del armario.

"ВїQuГ© pasa si Gunner encuentra esa caja?".

"EstГЎ en lo alto, donde no puede verla y no puede alcanzarla. Incluso si de alguna manera consiguiera bajarla, estГЎ cerrada con una cerradura digital. SГіlo yo sГ© que la combinaciГіn".

Un bolso con dos dГ­as de mudas de ropa colgaba del perchero. Lo agarrГі. Un pequeГ±o bolso sobre uno de los estantes estaba lleno de artГ­culos de tocador de tamaГ±o de viaje, gafas de lectura, un puГ±ado de barras energГ©ticas, y media docena de pГ­ldoras Dexedrine. AgarrГі eso tambiГ©n.

"Siempre listo, Вїverdad, Luke? Tienes tu caja con tus armas y tus bolsos con tu ropa y tus medicamentos y estГЎs mГЎs que listo para irte en cualquier momento, siempre que tu paГ­s te necesite. ВїEstoy en lo cierto?".

Г‰l respirГі hondo.

"No sГ© lo que quieres que diga".

"ВїPor quГ© no dices: He decidido no ir. He decidido que mi esposa y mi hijo son mГЎs importantes que un trabajo. Quiero que mi hijo tenga un padre. No quiero que mi esposa se siente durante noches completas, preguntГЎndose si estoy vivo o muerto, o si alguna vez voy a volver? ВїPodrГ­as hacer eso, por favor?".

En momentos como estos, sentГ­a una distancia cada vez mayor entre ellos. Casi podГ­a verla. Becca era una figura diminuta en un vasto desierto, desvaneciГ©ndose en el horizonte. QuerГ­a traerla de vuelta hacia Г©l. QuerГ­a desesperadamente, pero no sabГ­a cГіmo hacerlo. El trabajo lo necesitaba.

"ВїSe va de nuevo papГЎ?".

Los dos se pusieron colorados. AllГ­ estaba Gunner en la parte superior de los tres escalones que llevaban a su habitaciГіn. Por un segundo, el aliento de Luke quedГі atrapado en su garganta cuando lo vio. Se parecГ­a a Christopher Robin de los libros de Winnie the Pooh. TenГ­a sus mechones rubios arremolinados. Llevaba pantalones de pijama azules cubiertos con lunas y estrellas amarillas. Llevaba una camiseta de Walking Dead.

"Ven aquГ­, monstruo".

Luke puso los bolsos en el suelo, se acercГі y alzГі a su hijo. El niГ±o se aferrГі a su cuello.

"TГє eres el monstruo, papГЎ. Yo no".

"Bueno. Yo soy el monstruo".

"ВїA dГіnde vas?".

"Tengo que irme por trabajo. Tal vez un dГ­a, tal vez dos. Pero voy a volver tan pronto como pueda".

"ВїMamГЎ te va a dejar como dijo?".

Luke extendiГі sus brazos sosteniendo a Gunner. El niГ±o se estaba haciendo grande y Luke se dio cuenta de que un dГ­a no muy lejano ya no serГ­a capaz de sostenerlo asГ­. Pero todavГ­a ese dГ­a no habГ­a llegado.

"EscГєchame. MamГЎ no me va a dejar y todos vamos a estar juntos por mucho, mucho tiempo. ВїSГ­?".

"EstГЎ bien, papГЎ".

El niГ±o desapareciГі por las escaleras hacia su habitaciГіn.

Cuando se habГ­a ido, se miraron el uno al otro. La distancia parecГ­a mГЎs pequeГ±a ahora. Gunner era el puente entre ellos.

"Luke…"

Él levantó las manos. "Antes de que hables, quiero decir algo. Te amo y amo a Gunner más que a nada en este mundo. Quiero estar con los dos, todos los días, ahora y siempre. No me estoy yendo porque me da la gana. No me da la gana. Lo odio. Pero esta llamada… está en juego la vida de las personas. En todos los años que he estado haciendo esto, en todas las veces que me he ido a mitad de la noche como ahora, la situación fue una amenaza Nivel Dos exactamente dos veces. La mayoría de las veces, era Nivel Tres".

La cara de Becca se suavizГі una mГ­nima pizca.

"ВїQuГ© nivel de amenaza es esto?", preguntГі.

"Nivel Uno".




CapГ­tulo 2


1:57 am

McLean, Virginia – Sede del Equipo de Respuesta Especial (ERE)



"ВїSeГ±or?", dijo alguien. "SeГ±or, llegamos".

Luke se despertГі de golpe. Se incorporГі. Estaban aparcados en la puerta del helipuerto. CaГ­a una ligera lluvia. MirГі al conductor. Era un tipo joven con el pelo muy corto, probablemente reciГ©n salido de la milicia. El niГ±o estaba sonriendo.

"Se quedГі dormido, seГ±or".

"Claro", dijo Luke. El peso de la tarea se posГі sobre sus hombros de nuevo. QuerГ­a estar en casa en la cama con Becca, pero en su lugar estaba aquГ­. QuerГ­a vivir en un mundo en donde los asesinos no robaran materiales radiactivos. QuerГ­a dormir y soГ±ar con cosas agradables. Por el momento, ni siquiera podГ­a imaginar cuГЎles podrГ­an ser esas cosas agradables. Su sueГ±o estaba envenenado por saber demasiado.

Se bajГі del coche con sus bolsos, mostrГі al guardia su identificaciГіn y paso a travГ©s del escГЎner.

Un elegante helicГіptero negro, un gran Bell 430, estaba posado sobre la plataforma, rotores girando. Luke cruzГі el asfalto mojado, agachГЎndose bastante. Mientras se acercaba, el motor del helicГіptero pasГі a otra marcha. Estaban listos para salir. La puerta del acompaГ±ante se abriГі y Luke ingresГі.

Ya habГ­a seis personas a bordo, cuatro en la cabina de pasajeros, dos en la delantera, en la cabina de mando. Don Morris estaba sentado junto a la ventana mГЎs cercana. El asiento frente a Г©l estaba vacГ­o. Don hizo un gesto para que se sentara.

"Me alegro de que hayas podido venir, Luke. Toma asiento. Гљnete a la fiesta".

Luke se aseguró al asiento mientras el helicóptero se tambaleaba hacia el cielo. Miró a Don. Don estaba viejo ahora, su pelo rapado se había puesto gris. Su barba de varios días era gris. Incluso sus cejas eran grises. Sin embargo, aún se veía como el comandante de la Fuerza Delta que una vez había sido. Su cuerpo era macizo y su rostro era como un risco de granito – todos acantilados rocosos y afiladas bajadas. Sus ojos eran láseres. Sostenía un cigarro sin encender en una de sus manos de piedra. No había encendido uno en diez años.

A medida que el helicГіptero ganaba altura, Don hizo un gesto hacia las otras personas en la cabina de pasajeros. RГЎpidamente hizo las presentaciones. "Luke, estГЎs en desventaja porque aquГ­ todo el mundo ya sabe quiГ©n eres, pero puede que tГє no los conozcas. SГ­ conoces a Trudy Wellington, oficial de ciencia e inteligencia".

Luke asintiГі hacia la bella y joven mujer con el pelo oscuro y las grandes gafas redondas. HabГ­a trabajado con ella muchas veces. "Hola, Trudy".

"Hola, Luke".

"EstГЎ bien, tortolitos, suficiente. Luke, por aquГ­ estГЎ Mark Swann, nuestro oficial de tecnologГ­a en este trabajo. Y con Г©l estГЎ Ed Newsam, armas y tГЎcticas".

Luke saludГі a los hombres con un gesto. Swann era un tipo blanco, pelo rubio y gafas, podrГ­a tener treinta y cinco aГ±os, podrГ­a tener cuarenta. Luke lo habГ­a visto una o dos veces antes. Newsam era un tipo negro que Luke nunca habГ­a visto, probablemente unos treinta y pico, calvo, barba muy corta, en capas y cincelada, pecho ancho, unas pitones tatuadas de unos sesenta centГ­metros asomГЎndose por una camiseta blanca. ParecГ­a que serГ­a infernal en un tiroteo, e incluso peor en una pelea callejera. Cuando Don dijo "armas y tГЎcticas", lo que quiso decir fue "matГіn".

El helicГіptero habГ­a llegado a altitud de crucero; Luke supuso cerca de tres mil metros. Se estabilizГі y comenzГі a moverse. Estas cosas no pasaban los 240 kilГіmetros por hora. A esa velocidad, se podГ­a esperar tardar mГ­nimamente una hora y media hasta la ciudad de Nueva York.

"EstГЎ bien, Trudy", dijo Don. "ВїQuГ© tienes para nosotros?".

La tablet en sus manos brillaba en la oscuridad de la cabina. Ella se quedГі mirГЎndola. Le daba a su rostro una cualidad extraГ±a, como la de un demonio.

"Voy a suponer que no hay ningГєn conocimiento previo", dijo.

"Me parece bien".

Ella comenzГі. "Hace menos de una hora fuimos contactados por la unidad antiterrorista del Departamento de PolicГ­a de Nueva York. Hay un gran hospital en el lado este de Manhattan llamado Centro Medical Center. Almacenan una gran cantidad de materiales radiactivos en el lugar en una bГіveda de contenciГіn a seis pisos por debajo del nivel de la calle. En su mayorГ­a, los materiales son productos de desecho de radioterapia para pacientes con cГЎncer, pero tambiГ©n surgen de otros usos, incluyendo imГЎgenes radiogrГЎficas. En algГєn momento hace unas pocas horas, personas desconocidas se infiltraron en el hospital, violaron el sistema de seguridad y quitaron los residuos radiactivos alojados allГ­".

"ВїSabemos cuГЎnto quitaron?", dijo Luke.

Trudy consultГі su tablet. "Cada cuatro semanas, los materiales son retirados en camiones y se transportan a una instalaciГіn de contenciГіn radiactiva en el oeste de Pennsylvania controlada conjuntamente por el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de ProtecciГіn Ambiental de Pennsylvania. La prГіxima entrega estaba prevista para dentro de dos dГ­as".

"AsГ­ que cerca de veintisГ©is dГ­as de residuos radiactivos", dijo Don. "ВїCuГЎnto es eso?".

"El hospital no lo sabe", dijo Trudy.

"ВїNo saben?".

"Tienen un inventario de los residuos y los registran en una base de datos. Quienquiera que haya robado el material accediГі a la base de datos y la borrГі. Las cantidades varГ­an de mes a mes, en base a los programas de tratamiento. Pueden recrear el inventario a partir de los registros de los tratamientos, pero va a tomar varias horas".

"ВїNo hacen copias de seguridad de esa base de datos?", dijo Swann, el tipo de tecnologГ­a.

"SГ­ hacen copia de seguridad, pero la copia de seguridad tambiГ©n fue eliminada. De hecho, fueron eliminados los registros de todo el aГ±o".

"AsГ­ que alguien sabe lo que estГЎ haciendo", dijo Swann.

Luke tomГі la palabra. "ВїCГіmo sabemos que esto es una emergencia si ni siquiera sabemos lo que fue tomado?".

"Varias razones", dijo Trudy. "Esto fue mГЎs que un robo. Fue un ataque bien coordinado y planificado. Las cГЎmaras de video vigilancia se apagaron en puntos estratГ©gicos del hospital. Esto incluye varias entradas y salidas, escaleras y ascensores de carga, la bГіveda de contenciГіn y el garaje de estacionamiento".

"ВїAlguien hablГі con los guardias de seguridad?", dijo Luke.

"Los dos guardias de seguridad que manejaban la consola de video fueron encontrados muertos dentro de un armario para equipamiento cerrado. Eran Nathan Gold, cincuenta y siete aГ±os, hombre de raza blanca, divorciado, tres hijos, sin vГ­nculos conocidos con el crimen organizado u organizaciones extremistas. TambiГ©n Kitty Faulkner, treinta y tres aГ±os, de sexo femenino de raza negra, casada, un hijo, sin vГ­nculos conocidos con el crimen organizado u organizaciones extremistas. Gold trabajГі en el hospital por veintitrГ©s aГ±os. Faulkner trabajГі allГ­ ocho aГ±os. Los cadГЎveres fueron desvestidos, faltan sus uniformes. Ambos fueron estrangulados, con decoloraciГіn facial evidente, hinchazГіn, trauma en el cuello y marcas de ataduras asociadas a la muerte por garrote o una tГ©cnica similar. Tengo fotos si quieres echar un vistazo".

Luke levantГі una mano. "No es necesario. Pero supongamos por un momento que eran hombres los que hicieron esto. ВїUn hombre mata a un guardia de seguridad mujer y luego se pone su uniforme?".

"Faulkner era alta para ser mujer", dijo Trudy. "MedГ­a un metro setenta y ocho y era corpulenta. Un hombre podrГ­a fГЎcilmente utilizar su uniforme".

"ВїEso es todo lo que tenemos?".

Trudy continuГі. "No. Hay un empleado del hospital que estaba de turno y se encuentra actualmente con paradero desconocido. Ese empleado es un miembro del personal de custodia llamado Ken Bryant. Tiene veintinueve aГ±os de edad, de sexo masculino de raza negra que pasГі un aГ±o en prisiГіn preventiva en Rikers Island y despuГ©s treinta meses en el Centro Correccional Clinton en Dannemora, New York. Fue declarado culpable de robo y asalto simple. Tras su liberaciГіn, completГі un curso de capacitaciГіn laboral y desvГ­o de cГЎrcel de seis meses. Ha trabajado en el hospital durante casi cuatro aГ±os y tiene un buen historial. No hay problemas de asistencia, no hay problemas de disciplina".

"Como custodio, tiene acceso a la bГіveda de contenciГіn de residuos peligrosos y puede tener conocimiento de las prГЎcticas de seguridad y del personal del hospital. Una vez tuvo vГ­nculos con traficantes de drogas y con una pandilla de prisiГіn afroamericana llamada La Familia de Pandilleros Negros. Los traficantes de drogas eran dealers callejeros de bajo nivel en el barrio en el que creciГі. Es probable que se haya afiliado a la pandilla para protecciГіn personal".

"ВїPiensas que una pandilla de prisiГіn o una pandilla callejera estuvo detrГЎs de esto?".

Ella negГі con su cabeza. "Absolutamente no. He mencionado las afiliaciones de Bryant porque sigue siendo un cabo suelto. Para acceder a una base de datos y borrarla y para corromper un sistema de video vigilancia se requiere conocimientos tГ©cnicos no asociados generalmente a las pandillas callejeras o de prisiГіn. Pensamos que el nivel de sofisticaciГіn y los materiales robados sugieren una cГ©lula terrorista durmiente".

"ВїQuГ© pueden hacer con los quГ­micos?", dijo Don.

"Tiene toda la pinta de ser un dispositivo de dispersiГіn radiolГіgica", dijo Trudy.

"Bomba sucia", dijo Luke.

"Bingo. No hay otra razГіn para robar residuos radiactivos. El hospital no conoce las cantidades que fueron tomadas, pero sГ­ saben lo que era. Los quГ­micos incluyen cantidades de iridio-192, cesio-137, tritio, y flГєor. El iridio es altamente radiactivo y la exposiciГіn concentrada puede causar quemaduras y sГ­ndrome de irradiaciГіn aguda en cuestiГіn de minutos u horas. Los experimentos han demostrado que una dosis pequeГ±a de cesio-137 mata a un perro de veinte kilogramos en tres semanas. El flГєor es un gas cГЎustico peligroso para los tejidos blandos, como los ojos, la piel y los pulmones. En concentraciones muy bajas, hace llorar los ojos. En concentraciones muy altas, inflige daГ±o pulmonar masivo, provocando paro respiratorio y la muerte en cuestiГіn de minutos".

"Maravilloso", dijo Don.

"El punto importante aquГ­", dijo Trudy, "es altas concentraciones. Si eres un terrorista, para que esto funcione, no buscas una amplia ГЎrea de dispersiГіn. Eso limitarГ­a la exposiciГіn. Buscas armar una bomba con el material radiactivo y un explosivo convencional como la dinamita, y buscas detonarla en un espacio cerrado, preferiblemente con un montГіn de gente alrededor. Un metro lleno de gente o una estaciГіn de metro en hora pico. Centros de trenes como la Terminal Grand Central o la EstaciГіn Penn. Una terminal de autobuses o aeropuerto grande. Una atracciГіn turГ­stica como la Estatua de la Libertad. El espacio cerrado maximiza las concentraciones de radiaciГіn".

Luke imaginГі la estrecha y claustrofГіbica escalera que sube a la parte superior de la Estatua de la Libertad. En un dГ­a cualquiera, atestado de gente, a menudo de niГ±os en edad escolar en excursiones. En su mente vio la Isla de la Libertad llena de diez mil turistas, los transbordadores abarrotados con aГєn mГЎs personas, como los barcos de refugiados de HaitГ­.

Luego, vio las plataformas del metro de la Terminal Grand Central a las 7:30 a.m., tan llenas de pasajeros que no habrГ­a lugar para estar parado. Un centenar de personas una detrГЎs de la otra en las escaleras, a la espera de la llegada de un tren para que se vacГ­e la plataforma y asГ­ el siguiente grupo de personas pueda descender. Se imaginГі una bomba detonando entre esa multitud.

Y luego las luces apagГЎndose.

Lo atravesГі una ola de repulsiГіn. MГЎs personas morirГ­an en el pГЎnico, en el aplastamiento de cuerpos, que en la explosiГіn inicial.

Trudy prosiguiГі. "El problema que enfrentamos es que hay demasiados blancos atractivos para vigilarlos a todos y el ataque no tiene por quГ© tener lugar en Nueva York. Si el robo ocurriГі hace tanto como tres horas, entonces ya podemos considerar un posible radio de operaciones de al menos doscientos cuarenta kilГіmetros. Eso incluye a toda la ciudad de Nueva York y sus suburbios, Filadelfia y las principales ciudades de Nueva Jersey como Newark, Jersey y Trenton. Si los ladrones siguen en libertad durante una hora mГЎs, se puede ampliar ese radio para incluir Boston y Baltimore. Toda la regiГіn es un nГєcleo de poblaciГіn. En un radio tan grande, podrГ­amos estar frente a tantos como diez mil posibles blancos fГЎciles. Incluso si se quedan con blancos de perfil alto, de gran renombre, todavГ­a estamos hablando de cientos de lugares".

"EstГЎ bien, Trudy", dijo Luke. "Nos diste los hechos. Ahora, ВїquГ© presientes?".

Trudy encogiГі sus hombros. "Creo que podemos asumir que esto es un ataque de bomba sucia y que estГЎ patrocinado por un paГ­s extranjero, o posiblemente un grupo terrorista independiente como ISIS o Al-Qaeda. Puede haber americanos o canadienses involucrados, pero el control operativo estГЎ en otra parte. Definitivamente no es un grupo domГ©stico local como ecologistas o de supremacГ­a blanca".

"ВїPor quГ©? ВїPor quГ© no domГ©stico?", dijo Luke. Ya sabГ­a por quГ©, pero era importante decirlo, tomar las cosas un paso a la vez para no pasar nada por alto.

"Los izquierdistas queman concesionarios Hummer a mitad de la noche. Ponen clavos en troncos en bosques de tala y luego pintan los ГЎrboles con clavos para que nadie salga herido. Tienen cero historial de ataques a zonas pobladas o de asesinatos y odian la radiactividad. Los derechistas son mГЎs violentos y la Ciudad de Oklahoma demostrГі que atacarГ­an a la poblaciГіn civil asГ­ como a sГ­mbolos de gobierno. Pero es probable que ninguno de estos grupos tenga la formaciГіn para esto. Y hay otra buena razГіn por la que probablemente no sean ellos".

"ВїCuГЎl es?", dijo Luke.

"El iridio tiene una vida media muy corta", dijo Trudy. "La mayorГ­a no servirГЎ en un par de dГ­as. AdemГЎs, el que robГі estos quГ­micos tiene que actuar con rapidez antes de que ellos mismos tengan el sГ­ndrome de irradiaciГіn aguda. El mes sagrado musulmГЎn del RamadГЎn comienza esta noche en la puesta del sol. AsГ­ que creo que tenemos un ataque diseГ±ado para coincidir con el comienzo del RamadГЎn".

Luke casi dio un suspiro de alivio. HabГ­a conocido y trabajado con Trudy por algunos aГ±os. Su informaciГіn era siempre buena y su capacidad para interpretar escenarios era excepcional. TenГ­a razГіn mucho mГЎs a menudo de lo que se equivocaba.

MirГі su reloj. Eran las 03:15. El sol se habГ­a puesto probablemente a alrededor de las ocho esa noche. Hizo un cГЎlculo rГЎpido en su cabeza. "AsГ­ que, Вїcrees que tenemos mГЎs de diecisГ©is horas para localizar a estas personas?".

DiecisГ©is horas. Buscar una aguja en un pajar era una cosa. Pero tener diecisГ©is horas para hacerlo, con la tecnologГ­a mГЎs avanzada y los mejores profesionales, era otra muy distinta. Era casi pretender demasiado.

Trudy negГі con su cabeza. "No. El problema con el RamadГЎn es que comienza al atardecer, pero Вїal atardecer de quiГ©n? En TeherГЎn, la puesta del sol de esta noche serГЎ a las 8:24 p.m., que son las 10:54 a.m. de aquГ­. Pero, ВїquГ© tal si eligen el inicio del RamadГЎn a nivel mundial, por ejemplo, en Malasia o en Indonesia? TendrГ­amos que considerar un horario tan temprano como las 7:24 a.m., lo cual tiene sentido porque es el comienzo de la hora pico de la maГ±ana".

Luke resoplГі. Se quedГі mirando por la ventana a las grandes megalГіpolis iluminadas debajo de Г©l. MirГі su reloj de nuevo. 03:20. MГЎs adelante, en el horizonte, podГ­a ver los edificios altos del Bajo Manhattan y las luces azules idГ©nticas cortando el cielo a lo alto en donde el World Trade Center una vez estuvo. En tres horas, las estaciones de metro y tren comenzarГ­an a llenarse de pasajeros.

Y por ahГ­, en alguna parte, alguien estaba planeando matar a esos pasajeros.




CapГ­tulo 3


3:35 a.m.

Lado Este de Manhattan

"Parecen ratas", dijo Ed Newsam.

El helicГіptero volaba bajo sobre el RГ­o Este. El agua oscura estaba debajo de ellos, corriendo rГЎpido; diminutas olas subiendo y bajando. Luke podГ­a notar a lo que se referГ­a Ed. El agua parecГ­a un millar de ratas corriendo bajo un manto negro brillante.

Bajaron lentamente hasta el helipuerto de la calle 34. Luke vio las luces de los edificios a su izquierda; un millГіn de joyas centelleantes en la noche. Ahora que estaban aquГ­, lo atravesГі un sentido de urgencia. Su corazГіn dio un vuelco. HabГ­a estado calmado durante el largo vuelo, porque, ВїquГ© otra cosa iba a hacer? Sin embargo, el reloj seguГ­a corriendo y tenГ­an que moverse. Casi podГ­a saltar del helicГіptero antes de que aterrizara.

Aterrizaron con un golpe y una sacudida y al instante todo el mundo en la cabina se desabrochГі el cinturГіn. Don tirГі de la puerta y la abriГі. "Vamos", dijo.

La verja hacia la calle estaba a veinte metros de la plataforma. Tres camionetas utilitarias esperaban justo afuera de las barreras de hormigГіn. Una escuadra de tipos del ERE de Nueva York corriГі hacia el helicГіptero y descargГі los bolsos con los equipos. Un hombre tomГі el bolso de ropa de Luke y su bolso pequeГ±o.

"Cuidado con esos", dijo Luke. "La Гєltima vez que vine aquГ­ perdieron mis bolsos. No voy a tener tiempo para ir de compras".

Luke y Don subieron a la primera camioneta utilitaria. Trudy entrГі con ellos. La camioneta estaba diseГ±ada para crear una cabina de pasajeros con asientos enfrentados. Luke y Don miraban hacia adelante mientras Trudy miraba hacia atrГЎs. La camioneta arrancГі casi antes de que se sentaran. En un minuto estaban dentro del estrecho caГ±Гіn de la Carretera FDR, marchando hacia el norte. Los taxis amarillos zumbaban a su alrededor como un enjambre de abejas.

Nadie hablГі. La camioneta corrГ­a aferrГЎndose a las curvas de hormigГіn, pasando a travГ©s de tГєneles por debajo de edificios en ruinas, golpeando con fuerza sobre los baches. Luke podГ­a sentir su corazГіn latir en su pecho. El viaje no era lo que hacГ­a que su pulso se acelerara. Era la anticipaciГіn.

"Hubiera sido agradable venir aquГ­ a divertirse un poco", dijo Don. "Quedarse en un hotel lujoso, tal vez ver un espectГЎculo de Broadway".

"La prГіxima vez", dijo Luke.

Afuera de su ventana, la camioneta ya estaba saliendo de la autopista. Era la salida de la calle 96. El conductor apenas se detuvo en un semГЎforo en rojo, luego girГі a la izquierda y pisГі el acelerador por el bulevar vacГ­o.

Luke observaba a medida que la camioneta entraba chirriando en el camino circular de la entrada del hospital. Era un momento calmo de la noche. Se detuvieron justo en frente de las brillantes luces de la sala de emergencias. Un hombre en un traje de tres piezas estaba parado esperГЎndolos.

"Muy elegante", dijo Luke.

DonВ  le dio a Luke un toque fuerte con su dedo. "Oye, Luke. Tenemos un pequeГ±o regalo para ti esta noche. ВїCuГЎndo fue la Гєltima vez que te pusiste un traje de protecciГіn para materiales peligrosos?".




CapГ­tulo 4


4:11 a.m.

Debajo del Centro Medical Center, Noroeste

"No demasiado apretado", dijo Luke con la boca ocupada por un termГіmetro de plГЎstico.

Trudy habГ­a colocado el sensor de un monitor de presiГіn arterial portГЎtil en la muГ±eca de Luke. El sensor apretaba su muГ±eca fuertemente y luego con mГЎs fuerza aГєn, luego la liberaba lentamente en etapas, haciendo resoplidos mientras lo hacГ­a. Trudy quitГі el Velcro del sensor de la muГ±eca y casi en el mismo movimiento sacГі el termГіmetro de su boca.

"ВїQuГ© tal estoy?", dijo.

Ella echГі un vistazo a las lecturas. "Tu presiГіn arterial estГЎ alta", dijo. "138-85. Frecuencia cardГ­aca en reposo 97. Temperatura 38 grados. No te voy a mentir, Luke. Estas cifras podrГ­an ser mejores".

"He estado bajo un poco de estrГ©s Гєltimamente", dijo Luke.

Trudy encogiГі sus hombros. "Las cifras de Don son mejores que las tuyas".

"SГ­, pero Г©l toma estatinas".

Luke y Don estaban sentados juntos en calzoncillos y camisetas en un banco de madera. Estaban en una instalaciГіn de almacenamiento subterrГЎnea debajo del hospital. HabГ­a colgadas cortinas de vinilo pesado a su alrededor, cerrando la zona. HacГ­a frГ­o y estaba hГєmedo aquГ­ abajo y un escalofrГ­o corriГі a lo largo de la columna vertebral de Luke. La bГіveda de contenciГіn violada estaba dos pisos mГЎs abajo de ellos.

Las personas andaban de aquГ­ para allГЎ. HabГ­a un par de tipos del ERE de la oficina de Nueva York. Los tipos de ERE habГ­an puesto dos mesas plegables con una serie de computadoras portГЎtiles y pantallas de vГ­deo sobre ellas. AllГ­ estaba el tipo del traje de tres piezas que era un oficial de inteligencia de la unidad de lucha contra el terrorismo de la policГ­a de Nueva York.

Ed Newsam, el tipo grande de las armas y tГЎcticas que Luke habГ­a conocido en el helicГіptero, se abriГі paso a travГ©s de las cortinas de vinilo con dos tipos mГЎs del ERE detrГЎs de Г©l. Cada hombre del ERE llevaba un paquete claro sellado con material de color amarillo brillante en el interior.

"AtenciГіn", dijo Newsam en voz alta, cortando la charla. SeГ±alГі con dos dedos sus propios ojos. "Don y Luke, ojos sobre mГ­, por favor".

Newsam llevaba una botella de agua en cada mano. "Yo sГ© que los dos han hecho esto antes pero vamos a tratarlo como si fuera la primera vez; de esa manera no habrГЎ errores. Estos hombres detrГЎs de mГ­ van a inspeccionar sus trajes por ustedes y luego van a ayudarles a ponГ©rselos. Estos son trajes de protecciГіn para materiales peligrosos de Nivel A y son de vinilo sГіlido. Va a hacer calor en el interior de ellos y eso significa que van a sudar. AsГ­ que antes de empezar, necesito que empiecen a beber estas botellas de agua. EstarГЎn felices de haberlo hecho".

"ВїAlguien ha estado allГ­ abajo antes que nosotros?", dijo Luke.

"Dos guardias descendieron luego de que fue descubierta la violaciГіn de la seguridad. Las luces estГЎn muertas. Swann ha tratado de volverlas a encender, pero no ha tenido suerte, por lo que estГЎ oscuro allГ­ abajo. Los guardias tenГ­an linternas, pero cuando descubrieron la bГіveda abierta y bidones y barriles esparcidos alrededor, retrocedieron a toda prisa".

"ВїTuvieron exposiciГіn?".

Newsam sonriГі. "Un poco. Mis hijas van a utilizarlos como luces nocturnas durante unos dГ­as. No tenГ­an puestos trajes pero estuvieron allГ­ sГіlo por un minuto. Ustedes van a estar allГ­ mГЎs tiempo".

"ВїTГє vas a ver lo que nosotros veamos?".

"Sus cascos tienen montadas cГЎmaras de vГ­deo y luces LED. Voy a ver lo que ustedes estГ©n viendo y lo voy a estar grabando".

TomГі veinte minutos vestirse. Luke estaba frustrado. Era difГ­cil moverse dentro del traje. Estaba cubierto de pies a cabeza en vinilo y ya se estaba poniendo caluroso en el interior. Su placa frontal se empaГ±aba constantemente. ParecГ­a como si el tiempo pasara volando por delante de ellos. Los ladrones estaban muy por delante de ellos.

Г‰l y Don subieron juntos al montacargas. CrujГ­a mientras bajaban lentamente. Don llevaba el contador Geiger. ParecГ­a una pequeГ±a baterГ­a de automГіvil con un asa de transporte.

"ВїMe oyen bien?", dijo Newsam. Sonaba como si estuviera dentro de la cabeza de Luke. Los cascos tenГ­an altavoces y micrГіfonos incorporados.

"SГ­", dijo Luke.

"Te escucho", dijo Don.

"Bien. Los escucho alto y claro a los dos. Estamos en una frecuencia cerrada. Los Гєnicos aquГ­ son ustedes, yo y Swann en la cabina de control de vГ­deo. Swann tiene acceso a un mapa digital de la instalaciГіn y los trajes estГЎn equipados con dispositivos de localizaciГіn. Swann puede verlos en su mapa y Г©l los va a dirigir desde el ascensor hasta la bГіveda. ВїEstГЎs conmigo, Swann?".

"Estoy aquГ­", dijo Swann.

El ascensor se detuvo con un sacudГіn.

"Cuando las puertas se abran, salgan y giren a la izquierda".

Los dos hombres se movieron torpemente por un ancho pasillo guiados por la voz de Swann. Las luces de sus cascos rebotaban contra las paredes, arrojando sombras en la oscuridad. A Luke le hacГ­an acordar a las excursiones de buceo a naufragios que habГ­a hecho en los Гєltimos aГ±os.

Al cabo de unos segundos, el contador Geiger comenzГі a hacer clic. Los clics eran separados al principio, como un lento latido de corazГіn.

"Tenemos radiaciГіn", dijo Don.

"Lo vemos. No se preocupen. No estГЎ mal. Es una mГЎquina sensible la que llevas".

Los clics se empezaron a acelerar y a hacerse mГЎs fuertes.

Voz de Swann: "En unos pocos metros, giren a la derecha, luego, sigan ese pasillo unos nueve metros. Se abrirГЎ en una gran cГЎmara cuadrada. La bГіveda de contenciГіn estГЎ al otro lado de la cГЎmara".

Cuando doblaron a la derecha, el contador Geiger comenzГі a hacer clic fuerte y rГЎpido. Los clics se convirtieron en un torrente. Era difГ­cil distinguir uno del otro.

"ВїNewsam?".

"Paso animado, caballeros. Vamos a tratar de hacer esto en cinco minutos o menos".

Ingresaron a la cГЎmara. El lugar era un desastre. En el suelo habГ­a botes, cajas y bidones metГЎlicos de gran tamaГ±o derribados y desparramados. Algunos de ellos estaban abiertos. Luke apuntГі su luz hacia la bГіveda al otro lado de la habitaciГіn. La pesada puerta estaba abierta.

"ВїEstГЎs viendo esto?", dijo Luke. "Godzilla debe haber pasado por aquГ­".

La voz de Newsam se escuchГі de nuevo. "ВЎDon! ВЎDon! Apunta tu luz y tu cГЎmara al suelo, un metro y medio hacia delante. AhГ­. Unos cuantos centГ­metros mГЎs. ВїQuГ© es eso en el suelo?".

Luke se volviГі hacia Don y enfocГі su luz al mismo lugar. A unos tres metros de Г©l, en medio de los destrozos, estaba tirado lo que parecГ­a un montГіn de trapos.

"Es un cuerpo", dijo Don. "Mierda".

Luke se acercГі al cuerpo y apuntГі su luz sobre Г©l. La persona era grande, llevaba puesto lo que parecГ­a ser un uniforme de guardia de seguridad. Luke se arrodillГі junto al cuerpo. HabГ­a una mancha oscura en el suelo, como una gran fuga de aceite de motor bajo un coche. La cabeza estaba de lado, frente a Г©l. Todo por encima de los ojos habГ­a desaparecido, su frente estaba estallada y convertida en un crГЎter. Luke tocГі la parte trasera de la cabeza buscando un agujero mucho mГЎs pequeГ±o. Incluso a travГ©s de los gruesos guantes quГ­micos, lo encontrГі.

"ВїQuГ© tienes, Luke?".

"Tengo un masculino grande de 18 a 30 aГ±os de edad de ascendencia ГЎrabe, persa, o posiblemente mediterrГЎnea. Hay una gran cantidad de sangre. Tiene orificios de entrada y de salida consistentes con un disparo en la parte posterior de la cabeza. Parece una ejecuciГіn. PodrГ­a ser otro guardia o podrГ­a ser que uno de nuestros sujetos tuvo una discusiГіn con sus amigos".

"Luke", dijo Newsam. "En tu cinturГіn de herramientas tienes un pequeГ±o escГЎner de huellas digitales. A ver si puedes sacarlo y obtener una huella de ese tipo".

"No creo que vaya a ser posible", dijo Luke.

"Vamos, hombre. Los guantes son engorrosos pero sГ© en dГіnde estГЎ el escГЎner. Puedo ayudarte a encontrarlo".

Luke apuntГі su cГЎmara a la mano derecha del hombre. Cada dedo era un muГ±Гіn irregular sin nada por debajo del primer nudillo. MirГі la otra mano. Estaba de la misma manera.

"Se llevaron las huellas dactilares con ellos", dijo.




CapГ­tulo 5


Luke y Don, vestidos con ropa de calle de nuevo, caminaron rГЎpidamente por el pasillo del hospital con el tipo elegante de la unidad de lucha contra el terrorismo de la policГ­a de Nueva York. Luke ni siquiera sabГ­a el nombre del tipo. Pensaba en Г©l como Tres Piezas. Luke estaba a punto de dar sus Гіrdenes al hombre. HabГ­a que hacer cosas y para ello necesitaban la cooperaciГіn de la ciudad.

Luke se estaba haciendo cargo como siempre tendГ­a a hacer. MirГі a Don y Don asintiГі con la cabeza. Es por eso que Don trajo a Luke: para hacerse cargo. Don siempre decГ­a que Luke naciГі para jugar de mariscal de campo.

"Quiero contadores Geiger en cada piso", dijo Luke. "En algГєn lugar lejos del pГєblico. No detectamos nada de radiaciГіn hasta seis niveles hacia abajo, pero si comienza a moverse hacia arriba, necesitamos sacar a todo el mundo y rГЎpido".

"El hospital tiene pacientes en terapia intensiva", dijo Tres Piezas. "Son difГ­ciles de mover".

"Exacto. AsГ­ que empieza a colocar esa logГ­stica ahora".

"Bueno".

Luke continuГі. "Vamos a necesitar todo un equipo de materiales peligrosos allГ­ abajo. Necesitamos traer ese cuerpo para arriba mГЎs allГЎ de lo contaminado que estГ© y necesitamos que se haga rГЎpido. La limpieza puede esperar hasta despuГ©s de que tengamos el cuerpo".

"Entiendo", dijo de Tres Piezas. "Lo pondremos en un ataГєd forrado de plomo y lo llevaremos al forense en un camiГіn de contenciГіn de radiaciГіn".

"ВїSe puede hacer discretamente?".

"Por supuesto".

"Necesitamos cotejarlo con registros dentales, ADN, cicatrices, tatuajes, pasadores quirГєrgicos, lo que podamos encontrar. Una vez que tenga los datos, debe dГЎrselos a Trudy Wellington de nuestro equipo. Ella tiene acceso a bases de datos de su gente no tiene".

Luke sacГі su telГ©fono y llamГі con marcado rГЎpido a un nГєmero. Ella contestГі al primer tono.

"Trudy, Вїen dГіnde estГЎs?".

"Estoy con Swann en la Quinta Avenida en la parte posterior de uno de nuestros coches de camino al centro de mando".

"Escucha, tengo a…", miró a Tres Piezas. "¿Cómo te llamas?".

"Kurt. Kurt Myerson".

"Tengo a Kurt Myerson de la policГ­a de Nueva York aquГ­. EstГЎ en la unidad de lucha contra el terrorismo. Van a subir el cuerpo. Necesito que te conectes con Г©l por los registros dentales, ADN, cualquier identificador de lo mГЎs mГ­nimo. Cuando tengas los datos, quiero el nombre de este tipo, edad, paГ­s de origen, asociados conocidos, todo. Necesito saber en dГіnde ha estado y quГ© ha estado haciendo durante los Гєltimos seis meses. Y necesito todo esto para ayer".

"Entendido, Luke".

"Estupendo. Gracias. AquГ­ estГЎ Kurt, va a darte su nГєmero directo".

Luke le dio a Kurt el telГ©fono. Los tres hombres pasaron por unas puertas dobles apenas desacelerando. En un momento, Kurt le devolviГі el telГ©fono a Luke.

"ВїTrudy? ВїEstГЎs todavГ­a conmigo?".

"ВїPodrГ­a estar en otro sitio?".

Luke asintiГі. "Bien. Un pensamiento mГЎs. Las cГЎmaras de vigilancia estaban apagadas aquГ­, en el hospital, pero tiene que haber cГЎmaras de todo el vecindario. Al llegar al centro de mando, toma a algunas de nuestras personas. Haz que accedan a cualquier cosa que encuentren en un radio de cinco cuadras de este lugar y que revisen los vГ­deos desde, digamos, las 8:00 p.m. hasta la 1 a.m. Quiero echar un vistazo a todos los vehГ­culos comerciales o de entrega que se aproximaron al hospital durante ese perГ­odo de tiempo. La prioridad mГЎs alta la tienen las pequeГ±as furgonetas de reparto, camiones de pan, camiones de perros calientes, cualquier cosa de ese estilo. Cualquier cosa pequeГ±a, conveniente, que pueda transportar una carga explosiva oculta. La prioridad baja la tienen los trГЎileres, autobuses o vehГ­culos de construcciГіn, pero no hay que ignorarlos. La prioridad mГЎs baja la tienen las caravanas, camionetas y vehГ­culos utilitarios. Quiero capturas de pantalla de matrГ­culas y quiero saber quiГ©nes son los propietarios de los vehГ­culos buscados. Si encuentras algo que huela mal, buscas mГЎs cГЎmaras para ese vehГ­culo en un radio de mayor expansiГіn y averigua a dГіnde fue".

"Luke", dijo Trudy, "voy a necesitar mГЎs que algunas personas para eso".

Luke pensГі por dos segundos. "Bueno. Despierta a algunos que estГ©n en sus casas, reclГєtalos en la sede del ERE y remГ­teles los datos de las matrГ­culas. Pueden rastrear los datos de propiedad allГ­".

"Entendido".

Colgaron. Luke se reorientГі al presente y se le ocurriГі un nuevo pensamiento. MirГі a Kurt Myerson.

"EstГЎ bien, Kurt. Esto es lo mГЎs importante. Necesitamos hacer un cierre de emergencia en este hospital. Necesitamos reunir y aislar a los empleados que estuvieron en el turno de hoy a la noche. Va a haber un poco de revuelo, entiendo eso, pero tenemos que mantener esto fuera de las manos de los medios de comunicaciГіn durante el mayor tiempo que podamos. Si esto se sabe, va a haber pГЎnico, va a haber diez mil llamados con pistas falsas a la policГ­a y los malos van a ver toda la investigaciГіn desarrollГЎndose en la televisiГіn. No podemos dejar que suceda eso".

Pasaron por otras puertas dobles e ingresaron al vestГ­bulo principal del hospital. Toda la cara delantera del vestГ­bulo era de vidrio. Varios guardias de seguridad estaban cerca de las puertas delanteras bloqueadas.

Afuera habГ­a una muchedumbre. Una multitud de reporteros se agolpaba sobre las barreras de la policГ­a en la acera. Los fotГіgrafos apretados contra las ventanas tomaban fotografГ­as del interior del vestГ­bulo. Los camiones de noticias estaban estacionados en la calle. Ante la mirada de Luke, tres reporteros de televisiГіn diferentes filmaban segmentos directamente en frente del hospital.

"ВїDecГ­as?".




CapГ­tulo 6


5:10 a.m.

En el interior de una furgoneta

Eldrick estaba enfermo.

Se sentГі en el asiento trasero de pasajeros de la furgoneta, rodillas abrazadas, preguntГЎndose en quГ© se habГ­a metido. HabГ­a visto algunas cosas malas en la cГЎrcel pero nada como esto.

Frente a Г©l, Ezatullah estaba hablando por telГ©fono, gritando algo en persa. Ezatullah habГ­a estado haciendo llamadas durante horas. Sus palabras no significan nada para Eldrick. Todo sonaba un galimatГ­as. La cosa era asГ­, Ezatullah se habГ­a entrenado en Londres como ingeniero quГ­mico pero, en vez de conseguir un trabajo, habГ­a ido a la guerra. Unos 30 y pocos, una gran cicatriz en una mejilla y, segГєn cuenta, habГ­a librado la yihad en media docena de paГ­ses; y habГ­a llegado a Estados Unidos a hacer lo mismo.

Gritaba por telГ©fono una y otra vez antes de poderse comunicar. Cuando finalmente pudo hablar con alguien, se lanzГі a la primera de varias discusiones. DespuГ©s de unos minutos, se calmГі y escuchГі. Luego colgГі.

Eldrick tenГ­a la cara enrojecida. TenГ­a fiebre. PodГ­a sentir cГіmo lo quemaba por todo el cuerpo. Su corazГіn estaba acelerado. No habГ­a vomitado pero sentГ­a que lo iba a hacer. HabГ­an esperado en el punto de encuentro en la costa sur del Bronx por mГЎs de dos horas. Se suponГ­a que iba a ser algo simple. Robar los materiales, conducir la furgoneta diez minutos, reunirse con los contactos y alejarse. Sin embargo, los contactos nunca aparecieron.

Ahora estaban… en alguna parte. Eldrick no lo sabía. Se desvaneció por un tiempo. Se despertó de nuevo pero todo parecía un sueño confuso. Estaban en la carretera. Momo estaba conduciendo por lo que él debía saber a dónde iban. Momo, un experto en tecnología flaco sin tono muscular, daba justo para el papel. Era tan joven que la suave piel de su rostro no tenía una sola línea. Parecía que no podía dejarse crecer la barba ni aunque el mismísimo Alá dependiera de ello.

"Tenemos nuevas instrucciones", dijo Ezatullah.

Eldrick gimiГі, deseando estar muerto. No sabГ­a que era posible sentirse asГ­ de enfermo.

"Tengo que salir de esta furgoneta", dijo Eldrick.

"ВЎCГЎllate, Abdul!".

Eldrick lo habГ­a olvidado: su nombre era Abdul Malik ahora. Era raro oГ­r ser llamado Abdul, Г©l, Eldrick, un hombre orgullosamente negro, un americano orgulloso la mayor parte de su vida. SintiГ©ndose tan enfermo como se sentГ­a ahora, deseГі no haberlo cambiado nunca. El convertirse en prisiГіn habГ­a sido la cosa mГЎs tonta que jamГЎs habГ­a hecho.

Toda esa mierda estaba en la parte de atrГЎs. HabГ­a una gran cantidad de ella, en todo tipo de bidones y cajas. Un poco se habГ­a chorreado para afuera y ahora los estaba matando. Ya habГ­a matado a Bibi. El imbГ©cil habГ­a abierto un bidГіn cuando todavГ­a estaban en la bГіveda. Era inmensamente fuerte y arrancГі la tapa. ВїPor quГ© hizo eso? Eldrick lo veГ­a en su mente sosteniendo el bidГіn en el aire. "No hay nada aquГ­", habГ­a dicho. Entonces lo acercГі a su nariz.

Un minuto despuГ©s, empezГі a toser. Simplemente se dejГі caer de rodillas. Luego estaba en cuatro patas tosiendo. "Tengo algo en mis pulmones", dijo. "No puedo sacarlo". EmpezГі faltarle el aire. El sonido era horrible.

Ezatullah se acercГі y le disparГі en la parte posterior de la cabeza.

"CrГ©eme, le hice un favor", habГ­a dicho.

Ahora, la furgoneta estaba pasando por un tГєnel. El tГєnel era largo y estrecho y oscuro con luces de color naranja zumbando por encima ellos. Eldrick se mareaba con las luces.

"¡Tengo que salir de esta furgoneta!", gritaba. "¡Tengo que salir de esta furgoneta! Tengo que…".

Ezatullah se dio la vuelta. Su arma estaba desenfundada. La apuntГі a la cabeza de Eldrick.

"ВЎSilencio! Estoy al telГ©fono".

La cara partida de Ezatullah estaba enrojecida. Estaba sudando.

"ВїMe vas a matar como lo hiciste con Bibi?".

"Ibrahim era mi amigo", dijo Ezatullah. "Lo matГ© por piedad. Voy a matarte sГіlo para hacerte callar". ApretГі el caГ±Гіn de la pistola sobre la frente de Eldrick.

"DispГЎrame. No me importa". Eldrick cerrГі los ojos.

Cuando los abriГі de nuevo, Ezatullah ya se habГ­a dado vuelta. TodavГ­a estaban en el tГєnel. Las luces eran demasiado. Una repentina ola de nГЎuseas atravesГі a Eldrick y un gran espasmo se apoderГі de su cuerpo. Su estГіmago se apretГі y sintiГі un gusto ГЎcido en la garganta. Se inclinГі y vomitГі en el suelo entre sus zapatos.

Pasaron unos segundos. El hedor flotaba hasta su cara y se estremeciГі de nuevo.

Oh Dios, rogГі en silencio. Por favor, dГ©jame morir.




CapГ­tulo 7


5:33 a.m.

Este de Harlem, Distrito de Manhattan



Luke contuvo la respiraciГіn. Los ruidos fuertes no eran su cosa favorita y se venГ­a un tremendo ruido infernal.

Se quedГі completamente inmГіvil en la luz sombrГ­a de un bloque de viviendas en Harlem. TenГ­a su arma desenfundada y la espalda pegada contra la pared. DetrГЎs de Г©l, Ed Newsam estaba en casi exactamente la misma pose. Media docena de miembros del equipo SWAT con cascos y camisas antibalas estaban ubicados frente a ellos en el pasillo estrecho a ambos lados de la puerta de un apartamento.

El edificio estaba completamente en silencio. Motas de polvo flotaban en el aire. Momentos antes, un pequeГ±o robot habГ­a deslizado una cГЎmara con una mira pequeГ±a debajo de la puerta en busca de explosivos adheridos al otro lado. Negativo. Ahora, el robot se habГ­a retirado.

Dos tipos de SWAT se adelantaron con un ariete pesado. Era del tipo basculante y cada oficial lo tomaba del mango de cada lado. No hicieron un sonido. El lГ­der del equipo SWAT levantГі el puГ±o. Su dedo Г­ndice apareciГі.

Eso significaba uno.

Dedo medio. Dos.

Dedo anular…

Los dos hombres se echaron hacia atrГЎs y balancearon el ariete. ВЎBAM!

La puerta explotГі hacia dentro mientras los dos oficiales se agachaban y se retiraban hacia atrГЎs. Los otros cuatro entraron como un enjambre gritando de repente, "ВЎAbajo! ВЎAbajo! ВЎAGГЃCHENSE!".

En algГєn lugar por el pasillo, un niГ±o empezГі a llorar. Se abrГ­an puertas, se asomaban cabezas y luego desaparecГ­an. Era una cosa normal por aquГ­. A veces, llegaban policГ­as y rompГ­an la puerta de un vecino.

Luke y Ed esperaron unos treinta segundos hasta que SWAT habГ­a asegurado el apartamento. El cuerpo estaba en el suelo en la sala de estar como Luke sospechaba que podrГ­a pasar. Apenas lo mirГі.

"ВїTodo despejado?", le dijo al lГ­der de SWAT. El tipo fulminГі un poco a Luke con la mirada. Se habГ­a producido una breve discusiГіn cuando Luke habГ­a reclutado a este equipo. Estos tipos eran de la policГ­a de Nueva York. No eran piezas de ajedrez que los federales podГ­an mover a su antojo. Eso es lo que querГ­an hacerle saber a Luke. Luke podГ­a aceptar eso pero un ataque terrorista difГ­cilmente era apenas un capricho de un sГіlo hombre.

"Todo despejado", dijo el lГ­der del equipo. "Ese que estГЎ allГ­ probablemente es tu sujeto".

"Gracias", dijo Luke.

El tipo se encogiГі de hombros y apartГі la mirada.

Ed se arrodillГі junto al cuerpo. Llevaba un escГЎner de huellas digitales con Г©l. TomГі huellas de tres de los dedos.

"ВїQuГ© opinas, Ed?".

Se encogiГі de hombros. "CarguГ© previamente las huellas de Ken Bryant de la base de datos policial a esto. Sabremos si coinciden en unos pocos segundos. Mientras tanto, tenemos marcas evidentes de ligadura e hinchazГіn. El cuerpo estГЎ aГєn un poco caliente. El rigor mortis ha comenzado, pero no es completo. Los dedos se estГЎn poniendo azules. Yo dirГ­a que muriГі del mismo modo que los guardias de seguridad en el hospital, por estrangulamiento, hace aproximadamente ocho a doce horas".

MirГі a Luke. HabГ­a un brillo en sus ojos. "Si quieres bajar sus pantalones por mГ­ puedo obtener una lectura de la temperatura rectal y reducir el tiempo un poco mejor".

Luke sonriГі y negГі con la cabeza. "No, gracias. Ocho a doce horas estГЎ muy bien. SГіlo dime: Вїes Г©l?".

Ed mirГі su escГЎner. "ВїBryant? SГ­. Es Г©l".

Luke sacГі el telГ©fono y marcГі el nГєmero Trudy. Del otro lado de la lГ­nea sonГі el telГ©fono de ella. Una vez, dos veces, tres veces. Luke echГі un vistazo a la triste desolaciГіn de la vivienda. El mobiliario de la sala de estar era viejo, con tapizados rasgados y el relleno se salГ­a de los brazos del sofГЎ. Una alfombra harapienta estaba extendida en el suelo y habГ­a sobre la mesa cajas de comida para llevar vacГ­as y utensilios de plГЎstico. Las cortinas negras y pesadas estaban clavadas sobre las ventanas.

Se escuchГі la voz de Trudy, alerta, casi musical. "Luke", dijo. "ВїCuГЎnto tiempo ha pasado? ВїMedia hora?".

"Quiero hablar sobre el conserje desaparecido".

"Ken Bryant", dijo ella.

"Correcto. No estГЎ mГЎs desaparecido. Newsam y yo estamos en su apartamento. Tenemos una identificaciГіn positiva de Г©l. MuriГі hace alrededor de ocho a doce horas. Estrangulado, al igual que los guardias".

"EstГЎ bien", dijo.

"Quiero que accedas a sus cuentas bancarias. Es probable que tuviera depГіsito directo de su trabajo en el hospital. Comienza con esa y trabaja partir de ahГ­".

"Eh, voy a necesitar una orden para eso".

Luke hizo una pausa. ComprendiГі la vacilaciГіn de Trudy. Trudy era una buena oficial. TambiГ©n era joven y ambiciosa. Romper las reglas habГ­a descarrilado a muchos con carrera prometedora. Pero no siempre. A veces romper las reglas llevaba a promociones por la vГ­a rГЎpida. Todo dependГ­a de quГ© regla rompГ­as y quГ© ocurrГ­a como resultado.

"ВїEstГЎ Swann allГ­ contigo?", dijo.

"SГ­".

"Entonces no necesitas una orden judicial".

Ella no respondiГі.

"ВїTrudy?".

"Estoy aquГ­".

"No tenemos tiempo para ejecutar una orden. Hay vidas en juego".

"ВїEs Bryant un sospechoso en este caso?".

"Es una persona de interГ©s. De todos modos, estГЎ muerto. DifГ­cilmente estamos violando sus derechos".

"ВїEstoy en lo cierto si digo que se trata de una orden tuya, Luke?".

"Esta es una orden directa", dijo. "Es mi responsabilidad. Si deseas llevarlo mГЎs lejos, soy yo diciГ©ndote que tu trabajo depende de ello. Haz lo que te digo, o voy a iniciar un procedimiento disciplinario. ВїEntendido?".

Ella sonaba petulante, casi como un niГ±o. "Bueno".

"Bien. Cuando accedas a su cuenta, busca cualquier cosa fuera de lo normal. Dinero que no pertenezca allГ­. Grandes depГіsitos o grandes retiros. Transferencias electrГіnicas. Si tiene una cuenta de ahorros o de inversiones relacionada, Г©chale un vistazo. Estamos hablando de un ex convicto con un trabajo de custodia. No tendrГ­a que tener mucho dinero. Si lo tiene, me gustarГ­a saber de dГіnde viene".

"EstГЎ bien, Luke".

Luke vacilГі. "ВїCГіmo vamos con las matrГ­culas?".

"Vamos tan rГЎpido como podemos", dijo. "Accedimos a imГЎgenes de vГ­deo de las cГЎmaras durante la noche en la Quinta Avenida y la calle 96 asГ­ como en la Quinta Avenida y la calle 94 y algunas otras por el vecindario. Estamos rastreando 198 vehГ­culos, 46 de los cuales son de alta prioridad. DeberГ­a haber un informe inicial desde la sede en unos quince minutos".

Luke dio un vistazo a su reloj. El tiempo estaba apremiando. "Bueno. Buen trabajo. Vamos a estar allГ­ tan pronto como sea posible".

"ВїLuke?".

"SГ­".

"La historia estГЎ en todas las noticias. Tienen tres transmisiones en vivo en la pantalla grande de aquГ­ ahora mismo. Todas estГЎn siguiendo esto".

AsintiГі con la cabeza. "Lo supuse".

Ella continuГі. "El alcalde ha programado un anuncio para las 6 a.m. Parece que le va a decir a todos que se queden en casa hoy".

"ВїTodo el mundo?".

"Quiere que todo el personal no esencial se mantenga fuera de Manhattan. Todos los oficinistas. Todos los trabajadores de limpieza y empleados de tiendas. Todos los niГ±os de las escuelas y los maestros. Va a sugerir que cinco millones de personas se tomen el dГ­a libre".

Luke se llevГі la mano a la boca. TomГі aliento. "Eso harГЎ mucho daГ±o a la moral", dijo. "Cuando todo el mundo en Nueva York se quede en casa, los terroristas simplemente pueden atacar Filadelfia".




CapГ­tulo 8


5:45 a.m.

Baltimore, Maryland – Sur del túnel Fort McHenry



Eldrick estaba sГіlo a alrededor de diez metros de la furgoneta. ReciГ©n habГ­a vomitado de nuevo. Eran sobre todo arcadas secas y sangre ahora. La sangre le molestaba. AГєn estaba mareado, todavГ­a tenГ­a fiebre y estaba sonrojado, pero sin nada en el estГіmago. Las nГЎuseas en su mayorГ­a se habГ­an ido. Lo mejor de todo era que finalmente estaba fuera de la furgoneta.

En algГєn lugar sobre el horizonte sucio, el cielo estaba empezando a iluminarse; un pГЎlido color amarillo desvaГ­do. AquГ­ abajo en el suelo todavГ­a estaba oscuro. Estaban aparcados en un estacionamiento desolado junto a una sombrГ­a lГ­nea costera. Un puente de la autopista se elevaba veinte pisos por encima de sus cabezas. Cerca de allГ­ habГ­a un edificio industrial de ladrillos abandonado con dos chimeneas iguales. Sus ventanas eran agujeros negros rotos como ojos muertos. El edificio estaba rodeado por una cerca de alambre de pГєas con carteles cada diez metros que advertГ­an: NO ENTRAR. HabГ­a un agujero visible en la cerca. El ГЎrea alrededor del edificio estaba cubierta de arbustos y hierba alta.

ObservГі a Ezatullah y a Momo. Ezatullah quitГі una de las grandes etiquetas magnГ©ticas que decГ­a Servicios de Limpieza Dun-Rite, la llevГі a la orilla del agua y la arrojГі. Luego se volviГі y quitГі la del otro lado. Nunca se le habГ­a ocurrido a Eldrick que los carteles se podГ­an quitar. Mientras tanto, Momo se arrodillaba en la parte delantera de la furgoneta con un destornillador eliminando la placa de matrГ­cula y sustituyГ©ndola por una diferente. Un momento mГЎs tarde, se habГ­a ido a la parte de atrГЎs para hacer lo mismo con la placa trasera.

Ezatullah hizo un gesto hacia la furgoneta. "ВЎVoilГ !", dijo. "VehГ­culo totalmente diferente. AtrГЎpame ahora, TГ­o Sam". La sudorosa cara de Ezatullah estaba de color rojo brillante. ParecГ­a estar silbando como una pava. TenГ­a los ojos inyectados en sangre.

Eldrick echГі un vistazo a su alrededor. El estado fГ­sico de Ezatullah le habГ­a dado una idea. La idea cruzГі por su mente como un rayo; entrГі y saliГі en un instante. Era la forma mГЎs segura de pensar. Se podГ­an leer pensamientos en los ojos.

"ВїEn dГіnde estamos?", dijo.

"Baltimore", dijo Ezatullah. "Otra de tus grandes ciudades de Estados Unidos. Y un lugar agradable para vivir, me imagino. Poco crimen, belleza natural y los ciudadanos son todos sanos y ricos; la envidia de todo el mundo".

En la noche, Eldrick habГ­a delirado. HabГ­a perdido el conocimiento mГЎs de una vez. HabГ­a perdido la nociГіn del tiempo y del lugar en el que estaban. Pero no tenГ­a idea de que habГ­an llegado tan lejos.

"ВїBaltimore? ВїPor quГ© estamos aquГ­?".

Ezatullah se encogiГі de hombros. "Estamos en camino a nuestro nuevo destino".

"ВїEl objetivo estГЎ aquГ­?".

Ahora Ezatullah sonriГі. La sonrisa parecГ­a fuera de lugar en su cara envenenada por la radiaciГіn. ParecГ­a la mismГ­sima muerte. Se estirГі con una mano temblorosa y le dio a Eldrick una palmada amistosa en el hombro.

"PerdГіn que estaba enojado contigo, mi hermano. Has hecho un buen trabajo. Has entregado todo lo que prometiste. Si AlГЎ quiere, espero que estГ©s en el paraГ­so hoy mismo. Pero no por mi mano".

Eldrick se limitГі a mirarlo.

Ezatullah negГі con la cabeza. "No. No Baltimore. Estamos viajando al sur para dar un golpe que le darГЎ alegrГ­a a las masas que sufren en todo el mundo. Vamos a entrar a la guarida del mismГ­simo diablo y cortaremos la cabeza de la bestia con nuestras propias manos".

Eldrick sintió un escalofrío por toda la parte superior de su cuerpo. Sus brazos estallaron con piel de gallina. Se dio cuenta de que su propia camisa estaba empapada en sudor. No le gustaba cómo sonaba eso. Si se dirigían al sur y estaban en Baltimore, entonces, la siguiente ciudad era…

"Washington", dijo.

"SГ­".

Ezatullah volviГі a sonreГ­r. Ahora la sonrisa era gloriosa, la de un santo parado a las puertas del cielo listo para que le otorguen la entrada.

"Mata a la cabeza y el cuerpo morirГЎ".

Eldrick podГ­a verlo en los ojos de Ezatullah. El hombre habГ­a perdido la cabeza. Tal vez era la enfermedad o tal vez era algo mГЎs pero era evidente que no estaba pensando con claridad. Siempre el plan habГ­a sido robar los materiales y dejar la camioneta en el sur del Bronx. Era un trabajo peligroso, muy difГ­cil de lograr, y lo habГ­an hecho. Pero quien sea que estaba a cargo habГ­a cambiado el plan o habГ­a mentido acerca del plan desde el principio. Ahora estaban viajando a Washington en una furgoneta radiactiva.

ВїA hacer quГ©?

Ezatullah era un yihadista avezado. TenГ­a que saber que lo que estaba insinuando era imposible. Lo que sea que pensara que iban a hacer, Eldrick sabГ­a que ni siquiera iban a estar cerca de lograrlo. Se imaginГі a la furgoneta plagada de agujeros de bala a trescientos metros de la Casa Blanca o del PentГЎgono o en la cerca del edificio del capitolio.

Esto no era una misiГіn suicida. No era ni siquiera una misiГіn. Era una declaraciГіn polГ­tica.

"No te preocupes", dijo Ezatullah. "SГ© feliz. Has sido elegido para el mayor honor. Lo lograremos a pesar de que no puedas imaginar cГіmo. VerГЎs el mГ©todo claramente a tiempo". Se volviГі y abriГі la puerta lateral de la furgoneta.

Eldrick echГі un vistazo a Momo. Estaba terminando la placa de matrГ­cula trasera. Momo no habГ­a hablado desde hacГ­a un tiempo. Es probable que no se sintiera demasiado bien.

Eldrick dio un paso hacia atrГЎs. Luego dio otro. Ezatullah se estaba ocupando de algo dentro de la furgoneta. Estaba de espaldas. Lo curioso de este momento era que otro como este podrГ­a nunca llegar. Eldrick estaba allГ­ parado en un gran estacionamiento al aire libre y nadie lo miraba.

Eldrick habГ­a corrido en pista en la escuela secundaria. Era bueno. Se acordГі de las multitudes dentro del Armony en la calle 168 en Manhattan, la tabla de posiciones en el tablero grande, la chicharra sonando. RecordГі esa sensaciГіn en el estГіmago justo antes de una carrera y la loca velocidad en la nueva pista; flacas gacelas negras compitiendo, empujГЎndose, codos en alto, moviГ©ndose tan rГЎpido que parecГ­an un sueГ±o.

En todos los aГ±os desde ese entonces, Eldrick nunca habГ­a corrido tan rГЎpido como lo habГ­a hecho en aquel entonces. Pero tal vez, con una rГЎfaga de energГ­a enfocada y con todo lo que estaba en juego en esa rГЎfaga, podrГ­a igualar esa velocidad en este momento. No tenГ­a sentido vacilar ni incluso pensar mucho mГЎs.

Se dio la vuelta y saliГі disparado.

Un segundo despuГ©s, se escuchГі la voz de Momo detrГЎs de Г©l:

"ВЎEZA!".

Luego algo en persa.

El edificio abandonado estaba delante. El malestar volviГі con fuerza. Se estremeciГі, la sangre salГ­a a borbotones por su camisa pero siguiГі su camino. Ya estaba sin aliento.

EscuchГі un chasquido como una grapadora. HacГ­a eco dГ©bilmente contra las paredes del edificio. Ezatullah estaba disparando; por supuesto que lo estaba haciendo. Su arma tenГ­a un silenciador.

Una punzada aguda atravesГі la espalda de Eldrick. Se cayГі al pavimento, despellejando sus brazos sobre el asfalto roto. Una fracciГіn de segundo mГЎs tarde, otro disparo hizo eco. Eldrick se levantГі y siguiГі corriendo. La cerca estaba aquГ­. GirГі y se dirigiГі hacia el agujero.

Otra punzada lo atravesГі. Se cayГі hacia delante y se aferrГі a la cerca. Toda la fuerza de sus piernas parecГ­a desaparecer. Estaba colgado allГ­, sosteniГ©ndose con sus dedos aferrados a travГ©s de la alambrada.

"MuГ©vete", dijo con voz ronca. "MuГ©vete".

Se dejГі caer de rodillas, forzГі la cerca arrancГЎndola y se arrastrГі a travГ©s del agujero. Estaba en la hierba profunda. Se puso de pie, tambaleГі por unos pocos pasos, se tropezГі con algo que no podГ­a ver y rodГі por un terraplГ©n. No tratГі de dejar de rodar. DejГі que su impulso lo llevara a la parte inferior.

Aterrizó, respirando con dificultad. El dolor en la espalda era irreal. Su cara estaba en la tierra. Estaba húmedo aquí, fangoso y estaba justo al lado de la orilla del río. Se podría dejar caer en el agua oscura si quería. En lugar de eso, se arrastró más profundamente en la maleza. El sol no había salido todavía. Si se quedaba aquí, no se movía y no hacía un sonido, era apenas posible…

Se llevГі una mano al pecho. Sus dedos se apartaron mojados con sangre.


*

Ezatullah se parГі frente al agujero de la cerca. El mundo giraba a su alrededor. Se habГ­a mareado tratando de correr detrГЎs de Eldrick.

Su mano sostenГ­a la alambrada de la cerca ayudГЎndolo a mantenerse de pie. PensГі que podrГ­a vomitar. Estaba oscuro allГ­ en esos arbustos. PodrГ­an pasar una hora buscГЎndolo allГ­. Si habГ­a logrado llegar al gran edificio abandonado, puede que nunca lo encontraran.

Moahmmar estaba cerca. Estaba agachado con las manos sobre las rodillas respirando profundamente. Su cuerpo estaba temblando. "ВїEntramos?", dijo.

Ezatullah negГі con la cabeza. "No tenemos tiempo. Le disparГ© dos veces. Si la enfermedad no lo mata, lo harГЎn las balas. DГ©jalo morir aquГ­ solo. Tal vez AlГЎ se apiade de su cobardГ­a. Eso espero. De cualquier manera, hay que seguir sin Г©l".

Se dio la vuelta y comenzГі a caminar hacia la furgoneta. ParecГ­a que la furgoneta estaba estacionada lejos. Estaba cansado y estaba enfermo pero siguiГі poniendo un pie tras otro. Cada paso lo llevaba mГЎs cerca de las puertas del paraГ­so.




CapГ­tulo 9


6:05 a.m.

Centro de Mando Antiterrorista Conjunto – Centro de Manhattan



"Luke, lo mejor que puedes hacer es reunir a tu gente y volver a Washington", dijo el hombre del traje.

Luke estaba parado dentro del caos arremolinado de la sala principal del centro de mando. Ya era de dГ­a y una luz dГ©bil se filtraba por las ventanas dos pisos por sobre el piso de trabajo. El tiempo estaba pasando demasiado rГЎpido y el centro de mando era un verdadero despelote en curso.

Doscientas personas llenaban el espacio. HabГ­a por lo menos cuarenta estaciones de trabajo algunas de ellas con dos o tres personas sentadas delante de cinco pantallas de computadora. En el gran tablero al frente habГ­a veinte diferentes pantallas de televisiГіn y de computadora. Las pantallas mostraban mapas digitales de Manhattan, el Bronx, Brooklyn, vГ­deos en directo de las entradas al TГєnel Holland y al Lincoln, fotos policiales de los terroristas ГЎrabes que se sabГ­a que estaban en el paГ­s.

Tres de las pantallas mostraban actualmente al Alcalde DeAngelo con sus 1,90 haciendo parecer enanos a los asistentes que lo flanqueaban de pie ante el micrГіfono y diciГ©ndole a la gente valiente de Nueva York que se quede en casa y abrace a sus hijos. Estaba leyendo un discurso preparado.

"En el peor de los casos", dijo el alcalde, su voz saliendo de los altavoces situados alrededor de la habitaciГіn, "la explosiГіn inicial matarГ­a a mucha gente y crearГ­a pГЎnico en masa en el ГЎrea inmediata. La exposiciГіn a la radiaciГіn podrГ­a causar el terror generalizado en toda la regiГіn y probablemente el paГ­s. Muchas personas expuestas en el ataque inicial se enfermarГ­an y algunos morirГ­an. Los costos de limpieza serГ­an enormes pero serГ­an empequeГ±ecidos por los costos psicolГіgicos y econГіmicos. Un ataque de bomba sucia en una estaciГіn de tren importante en la ciudad de Nueva York podrГ­a paralizar el transporte a lo largo de la costa este en el futuro previsible".

"Hermoso", dijo Luke. "Me pregunto quiГ©n escribe su material".

OjeГі la habitaciГіn. Todo el mundo estaba representado aquГ­; todo el mundo compitiendo por una posiciГіn. Era una sopa de letras. PolicГ­a de Nueva York, el FBI, NSA, ATF, el DEP, incluso la CIA. Diablos, hasta la DEA estaba aquГ­. Luke no estaba seguro de cГіmo robar residuos radiactivos constituГ­a un delito de drogas.

Ed Newsam habГ­a ido a localizar al personal del ERE entre la multitud.

"Luke, Вїme escuchaste?".

Luke regresГі al tema que los ocupaba. Estaba de pie junto a Ron Begley de Seguridad Nacional. Ron era un hombre calvo de 50 y tantos. TenГ­a una gran panza redonda y pequeГ±os dedos regordetes. Luke conocГ­a su historia. Era un tipo de escritorio; un hombre que habГ­a escalado a travГ©s de la burocracia gubernamental. El 11 de septiembre estaba en Hacienda liderando un equipo de anГЎlisis de evasiГіn de impuestos y esquemas Ponzi. Se deslizГі hacia la lucha contra el terrorismo cuando se creГі Seguridad Nacional. Nunca habГ­a hecho una detenciГіn o disparado un arma en un rapto de ira en su vida.

"Dijiste que quieres que me vaya a casa".

"EstГЎs invadiendo terreno aquГ­, Luke. Kurt Myerson llamГі a su jefe en la policГ­a de Nueva York y le dijo que estabas en el hospital tratando a las personas como tus sirvientes personales. Y que reclutaste a un equipo SWAT. ВїDe verdad? ВїUn equipo SWAT? Escucha, este es su territorio. Se supone que tГє debes seguirlos a ellos. AsГ­ es como se juega el juego".

"Ron, la policГ­a de Nueva York nos llamГі. Asumo que es porque pensaban que nos necesitaban. Saben cГіmo trabajamos".

"Vaqueros", dijo Begley. "Trabajas como vaquero de rodeo".

"Don Morris me sacó de la cama para llegar hasta aquí. Puedes hablar con Don…".

Begley se encogiГі de hombros. El fantasma de una sonrisa apareciГі en su rostro. "Don se ha retirado. TomГі un helicГіptero hace veinte minutos. Te sugiero que hagas lo mismo".

"ВїQuГ©?".

"OГ­ste bien. Lo ascendieron en este caso. Lo llamaron para hacer una sesiГіn informativa en el PentГЎgono. Cosas de muy alto nivel. Supongo que no podГ­an conseguir un interno para hacerlo, por lo que lo llevaron a Don".

Begley bajГі la voz aunque Luke todavГ­a podГ­a oГ­rlo fГЎcilmente. "Un consejo. ВїCuГЎnto le queda a Don? ВїOtros tres aГ±os antes de jubilarse? Don es una especie en extinciГіn. Es un dinosaurio y tambiГ©n lo es la ERE. TГє lo sabes y yo lo sГ©. Todas estas pequeГ±as agencias secretas dentro de una agencia se estГЎn dejando de lado. Estamos consolidando y centralizando, Luke. Lo que necesitamos ahora es anГЎlisis basado en datos. AsГ­ es como vamos a resolver los crГ­menes del futuro. AsГ­ es como vamos a atrapar a estos terroristas hoy. Ya no necesitamos sГєper-espГ­as machos y ex comandos avejentados haciendo rapel por los costados de los edificios. Simplemente no los necesitamos. Hacerse el hГ©roe ha terminado. En realidad es un poco ridГ­culo si lo piensas".

"FantГЎstico", dijo Luke. "Voy a tomarlo en consideraciГіn".

"PensГ© que estabas enseГ±ando en la universidad", dijo Begley. "Historia, ciencias polГ­ticas, ese tipo de cosas".

Luke asintiГі. "Lo estoy haciendo".

Begley puso una mano rechoncha sobre el brazo Luke. "DeberГ­as seguir con eso".

Luke se quitГі la mano de encima y se sumergiГі en la multitud en busca de su gente.


*

"ВїQuГ© tenemos?", dijo Luke.

Su equipo habГ­a armado una oficina perifГ©rica. HabГ­an tomado algunos escritorios vacГ­os y habГ­an construido su propio pequeГ±o puesto de mando con computadoras portГЎtiles y enlaces satelitales. Trudy y Ed Newsam estaban allГ­ junto con algunos de los otros. Swann estaba solo en un rincГіn con tres computadoras portГЎtiles.

"Llamaron a Don para que regrese", dijo Trudy.

"Lo sГ©. ВїHas hablado con Г©l?".

Ella asintiГі. "Hace veinte minutos. Estaba a punto de despegar. Dijo sigan trabajando este caso hasta que llame personalmente para dejarlo. Educadamente hagan caso omiso a cualquier otra persona".

"Suena bien. Entonces, Вїen dГіnde estamos?".

Su rostro era serio. "Nos estamos moviendo rГЎpido. Nos hemos reducido a seis vehГ­culos de alta prioridad. Todos ellos pasaron dentro de un radio de una cuadra del hospital anoche y tienen detalles que son raros o no coinciden".

"Dame un ejemplo."

"Bueno. Uno de ellos es un camiГіn vendedor de alimentos registrado a nombre de un ex paracaidista ruso. Lo hemos podido seguir con las cГЎmaras de vigilancia y por ahora lo que podemos decir es que ha estado paseando por las calles de Manhattan durante toda la noche vendiendo perros calientes y Pepsi a prostitutas, proxenetas y a sus clientes".

"ВїEn dГіnde estГЎ ahora?".

"EstГЎ aparcado en la Avenida 11 al sur del centro de convenciones Jacob Javits. No se ha movido desde hace tiempo. Pensamos que podrГ­a estar dormido".

"EstГЎ bien, parece que se convirtiГі en prioridad baja. Pasa el dato a policГ­a de Nueva York por si acaso. Pueden hacerlo salir a la fuerza y tirar su camiГіn; averiguar quГ© mГЎs estГЎ vendiendo allГ­. Siguiente".

Trudy recorriГі la lista. Una furgoneta operada como un coche Uber por un ex fГ­sico nuclear desairado. Un camiГіn con remolque de cuarenta toneladas con una demanda de seguro que indica que fue destruido en un accidente y desguazado. Una furgoneta de reparto para un servicio de lavanderГ­a comercial con placas de circulaciГіn registradas a un negocio de pisos no relacionado en Long Island. Una ambulancia reportada como robada hace tres aГ±os.

"ВїUna ambulancia robada?", dijo Luke. "Eso suena sospechoso".

Trudy se encogiГі de hombros. "Por lo general es comercio ilegal de Гіrganos. Los extirpan de los pacientes reciГ©n fallecidos en cuestiГіn de minutos despuГ©s de la muerte. Tienen que extirpar los Гіrganos, empaquetarlos y sacarlos del hospital rГЎpidamente. Nadie mira dos veces a una ambulancia esperando en un estacionamiento de hospital".

"Pero esta noche tal vez no estaban a la espera de Гіrganos. ВїSabemos en dГіnde estГЎn?".

Ella negГі con su cabeza. "No. La Гєnica ubicaciГіn que tenemos es la del ruso. Esto es todavГ­a mГЎs un arte que una ciencia. Las cГЎmaras de vigilancia todavГ­a no estГЎn en todas partes, sobre todo una vez que sales de Manhattan. Ves un camiГіn que pasa por una cГЎmara, luego puede que no lo veas de nuevo. O puede ser que lo vuelvas a ver en otra cГЎmara a diez cuadras, o a ocho kilГіmetros. El camiГіn con remolque cruzГі el puente George Washington hacia Nueva Jersey antes de que lo perdamos. La furgoneta de lavanderГ­a pasГі por arriba del puente de la calle 138 hacia el sur del Bronx y desapareciГі. En este momento los estamos buscando a todos usando otros medios. Hemos contactado a la compaГ±Г­a de camiones, Uber, a la compaГ±Г­a del suelo y al servicio de lavanderГ­a. DeberГ­amos saber algo acerca de ellos pronto. Y tengo a ocho personas en la sede desmenuzando horas de imГЎgenes de vГ­deo en busca de la ambulancia".

"Bien. Mantenme informado. ВїQuГ© estГЎ pasando con lo del banco?".

La cara de Trudy era de piedra. "DeberГ­as preguntarle a Swann sobre eso".

"EstГЎ bien". Dio un paso hacia el pequeГ±o feudo de Swann en el rincГіn.

"ВїLuke?".

Se detuvo. "SГ­".

Sus ojos se movГ­an rГЎpidamente alrededor de la habitaciГіn. "ВїPodemos hablar? ВїEn privado?".


*

"ВїVas a despedirme porque no voy a romper la ley por ti?".

"Trudy, no voy a despedirte. ВїPor quГ© siquiera pensarГ­as eso?".

"Es lo que dijiste, Luke".

Se encontraban en un pequeГ±o cuarto de servicio. HabГ­a dos escritorios vacГ­os allГ­ y una pequeГ±a ventana. La alfombra era nueva. Las paredes eran blancas sin nada colgado. HabГ­a una pequeГ±a cГЎmara de vГ­deo montada en un rincГіn cerca del techo.

ParecГ­a que la habitaciГіn nunca se habГ­a utilizado. El propio centro de mando habГ­a estado abierto por menos de un aГ±o.

Los grandes ojos de Trudy lo miraban fijamente.

Luke suspirГі. "Te estaba dando una salida. PensГ© que lo entenderГ­as. Si hay problemas, puedes echarme la culpa. Todo lo que hiciste fue lo que te dije que hicieras. TenГ­as miedo que ibas a perder tu trabajo si no seguГ­as mis Гіrdenes".

Dio un paso mГЎs cerca de Г©l. En el confinamiento de la habitaciГіn, Г©l podГ­a oler su champГє y la colonia sobria que usaba a menudo. La combinaciГіn de aromas le hizo algo a sus rodillas. SintiГі que le temblaban una pequeГ±Г­sima cantidad.

"No puedes siquiera darme una orden directa, Luke. No trabajas mГЎs en el ERE".

"Estoy en un permiso de ausencia".

TomГі otro pequeГ±o paso hacia Г©l. Sus ojos se centraban en Г©l como lГЎseres. HabГ­a inteligencia en esos ojos, y fuego.

"Y te fuiste… ¿por qué? ¿Por mí?".

NegГі con la cabeza. "No. TenГ­a mis razones. TГє no eras una de ellas".

"ВїLos hermanos Marshall?".

Se encogiГі de hombros. "Cuando matas a dos hombres en una noche es un buen momento para hacer una pausa. Tal vez reevaluar lo que estГЎs haciendo".

"ВїEstГЎs diciendo que nunca sentiste nada por mГ­?", preguntГі.

La mirГі, sorprendido por la pregunta. Siempre habГ­a sentido que Trudy coqueteaba con Г©l y Г©l nunca se habГ­a tragado el anzuelo. HabГ­a habido un par de veces, ebrios en fiestas, despuГ©s de peleas fuertes con su esposa, que habГ­a estado cerca. Pero los pensamientos de su esposa e hijo siempre lo habГ­an retirado del borde de hacer algo estГєpido.

"Trudy, trabajamos juntos", dijo con firmeza. "Y estoy casado".

Ella se acercГі aГєn mГЎs.

"No estoy buscando un matrimonio, Luke", dijo suavemente, aproximГЎndose, a centГ­metros de distancia.

Se abalanzó sobre él ahora. Él tenía los brazos a los costados. Sentía su calor y ese viejo impulso incontrolable cuando ella estaba cerca, la excitación, la energía… la lujuria. Ella se movió para poner sus manos sobre su pecho y, tan pronto como las palmas de sus manos tocaron su camisa, él sabía que tenía que actuar ahora o rendirse ante ella por completo.

Con un Гєltimo acto de suprema autodisciplina, Luke dio un paso atrГЎs y empujГі sus manos suavemente lejos de Г©l.

"Lo siento, Trudy", dijo, con voz ronca. "Me importas mucho. Realmente me importas. Pero esto no es una buena idea".

Ella frunciГі el ceГ±o pero, antes de que pudiera decir nada, un pesado puГ±o golpeГі la puerta de madera.

"ВїLuke? ВїEstГЎs ahГ­?". Era la voz de Newsam. "DeberГ­as salir y mirar esto. Swann tiene algo".

Se miraron el uno al otro, Luke sintiГ©ndose monumentalmente culpable cuando pensГі en su esposa a pesar de que no habГ­a hecho nada. Se apartГі antes de que algo mГЎs pudiera suceder y no pudiera evitar preguntarse cГіmo eso afectarГ­a al hecho de que trabajan juntos.

TambiГ©n, lo peor de todo, no podГ­a dejar de admitir que, en el fondo, no querГ­a salir de la habitaciГіn.


*

Swann estaba sentado en una mesa larga con sus tres monitores de vГ­deo dispuestos en frente de Г©l. Con el pelo ralo y gafas, le recordaba a Luke a un fГ­sico de la NASA en el control de una misiГіn. Luke estaba detrГЎs de Г©l con Newsam y Trudy; los tres cernidos sobre los hombros estrechos de Swann.

"Esta es la cuenta corriente de Ken Bryant", dijo Swann moviendo el cursor por el centro de la pantalla. Luke absorbiГі los detalles: depГіsitos, retiros, saldo total; un intervalo de fechas del 28 de abril al 27 de mayo.

"ВїQuГ© tan segura es esta conexiГіn?", dijo Luke. MirГі alrededor de la habitaciГіn y por la puerta. La sala principal del centro de mando estaba al final del pasillo.

"ВїEsta?", dijo Swann. Se encogiГі de hombros. "Es independiente del centro de mando. Estoy conectado a nuestra propia torre y a nuestros propios satГ©lites. EstГЎ encriptado por nuestros chicos. Supongo que la CIA o la NSA podrГ­an tener a alguien tratando de entrar, pero Вїpor quГ© molestarse? Estamos todos en el mismo equipo, Вїverdad? Yo no me preocuparГ­a por eso. En su lugar, me concentrarГ­a en esta cuenta bancaria. ВїNotas algo extraГ±o?".

"Su saldo es de mГЎs de $24.000", dijo Luke.

"Correcto", dijo Swann. "Un conserje tiene una tajada bastante considerable de dinero en su cuenta corriente. Interesante. Ahora vamos a retroceder un mes. 28 de marzo a 27 de abril. El saldo era de $37.000 y comienza a gastarlo. Aquí hay transferencias desde una cuenta sin nombre, $5.000, luego, $4.000, luego, ah bien, olvídate de todo el problema de informes del Servicio de Rentas Internas… directamente $20.000".

"EstГЎ bien", dijo Luke.

"Retrocede un mes mГЎs. Finales de febrero hasta finales de marzo. Su saldo inicial es $1,129. A finales del mes, es de mГЎs de $9.000. Retrocede otro mes, de finales de enero hasta finales de febrero, y el saldo nunca alcanzГі los $2.000 en ningГєn momento. A partir de ahГ­, si retrocedes tres aГ±os, se ve que el saldo rara vez se fue por encima de los $1.500. AquГ­ habГ­a un tipo que vivГ­a mes a mes que de pronto comenzГі a recibir grandes transferencias electrГіnicas en marzo".

"ВїDe dГіnde estГЎn viniendo?".

Swann sonrГ­e y levanta un dedo. "Ahora viene la parte divertida. Vienen de un pequeГ±o banco offshore especializado en cuentas numeradas anГіnimas. Se llama Royal Heritage Bank y estГЎ ubicado en Gran CaimГЎn".

"ВїPuedes hackearlo?", dijo Luke. Vio de refilГіn la mirada de desaprobaciГіn de Trudy.

"No es necesario", dijo Swann. "Royal Heritage es propiedad de un agente de la CIA llamado Grigor Svetlana. Es un ucraniano que solГ­a estar en el EjГ©rcito Rojo. Se metiГі en un lГ­o grande con los rusos hace veinte aГ±os, despuГ©s de que un viejo armamento soviГ©tico desapareciera y luego apareciera en el mercado negro en ГЃfrica occidental. No estoy hablando acerca de armas. Estoy hablando de antiaГ©reos y antitanques, ademГЎs de algunos misiles de crucero a baja altura. Los rusos estaban dispuestos a colgarlo de cabeza. Sin nadie a quiГ©n acudir, acudiГі a nosotros. Tengo un amigo en Langley y las cuentas en el Royal Heritage Bank, lejos de ser anГіnimas, son de hecho un libro abierto para la comunidad de inteligencia estadounidense. Por supuesto, esto no es algo que estГ©n al tanto la mayorГ­a de los clientes del Royal Heritage".

"AsГ­ que ya sabes quiГ©n es el dueГ±o de la cuenta que efectuГі las transferencias".

"SГ­, lo sГ©".

"EstГЎ bien, Swann", dijo Luke. "Entiendo. Eres muy inteligente. Ahora ve al grano".

Swann hizo un gesto hacia las pantallas de la computadora. "El propio Bryant era el dueГ±o de la cuenta que estaba efectuando las transferencias. Esta es la cuenta aquГ­ en mi monitor izquierdo. Se puede ver que tiene alrededor de $209.000 ahora mismo. Estaba transfiriendo un poco de vez en cuando desde la cuenta numerada a su cuenta corriente local probablemente para su propio uso. Y si nos desplazamos hacia atrГЎs unos meses, se puede ver que la cuenta offshore de Bryant fue creada el 3 de marzo por medio de una transferencia de $250,000 de otra cuenta del Royal Heritage, la que estГЎ aquГ­ en el monitor derecho".

Luke mirГі la cuenta de la derecha. HabГ­a mГЎs de cuarenta y cuatro millones de dГіlares allГ­.

"Alguien consiguiГі una ganga contratando a Bryant", dijo.

"Exactamente", dijo Swann.

"ВїQuiГ©n es?".

"Es este hombre". En la pantalla, apareciГі una tarjeta de identificaciГіn con foto. Mostraba a un hombre de mediana edad con el pelo oscuro empezando a ponerse canoso. "Este es Ali Nassar. Cincuenta y siete aГ±os. IranГ­. Nacido en TeherГЎn en una familia influyente y rica. EstudiГі en la Escuela de EconomГ­a de Londres y luego en la Facultad de Derecho de Harvard. VolviГі a IrГЎn y obtuvo otro tГ­tulo de abogado esta vez de la Universidad de TeherГЎn. Como resultado, puede ejercer el derecho tanto en los Estados Unidos como en IrГЎn. Ha estado involucrado en negociaciones comerciales internacionales la mayor parte de su carrera. Vive aquГ­ en Nueva York y actualmente es un diplomГЎtico iranГ­ ante las Naciones Unidas. Tiene completa inmunidad diplomГЎtica".

Luke se acariciГі la barbilla. PodГ­a sentir la barba incipiente creciendo allГ­. Estaba empezando a cansarse. "DГ©jame entenderlo. Nassar le pagГі a Ken Bryant, presumiblemente tanto para acceder al hospital asГ­ como para obtener informaciГіn sobre las medidas de seguridad y la forma de eludirlas".

"Presumiblemente, sГ­".

"ВїAsГ­ que es probable que estГ© operando una cГ©lula terrorista en Nueva York, sea cГіmplice del robo de materiales peligrosos y de por lo menos cuatro asesinatos y no puede ser procesado bajo la ley estadounidense?".

"Ciertamente parece que es asГ­".

"Bueno. Ya estГЎs en la cuenta, Вїverdad? Vamos a ver a dГіnde mГЎs ha estado enviando dinero".

"Me tomarГЎ un poco de tiempo".

"EstГЎ bien. Tengo que hacer un mandado en el Г­nterin".

Luke mirГі de reojo a Ed Newsam. Su rostro era duro, con los ojos fijos y en blanco.

"Oye, Ed, ¿tienes ganas de tomar un paseo conmigo? Tal vez deberíamos pasar a visitar al señor Ali Nassar”.

Newsam sonriГі, aunque parecГ­a mГЎs un ceГ±o fruncido.

"Suena divertido".




CapГ­tulo 10


6:20 a.m.

Centro de Salud del Congreso – Washington, DC



No fue fГЎcil de encontrar.

Jeremy Spencer estaba parado frente a unas puertas dobles de acero gris cerradas en un subsuelo del Edifico de Oficinas del Congreso Rayburn. Las puertas se encontraban escondidas en una esquina de la zona de aparcamiento subterrГЎneo. Pocas personas sabГ­an que este lugar existГ­a. Incluso menos personas sabГ­an en dГіnde estaba. Se sentГ­a tonto pero llamГі a la puerta de todos modos.

Alguien lo dejГі entrar. TirГі de la puerta sintiendo esa vieja sensaciГіn familiar de incertidumbre en el estГіmago. SabГ­a que el Gimnasio del Congreso era una zona vedada para todos menos para los miembros del Congreso de los Estados Unidos. Y, sin embargo, a pesar de la ruptura del protocolo de larga data, habГ­a sido invitado a ingresar.

Hoy era el dГ­a mГЎs importante de su corta vida. HabГ­a estado en Washington durante tres aГ±os y estaba subiendo.

HacГ­a siete aГ±os era un pueblerino del norte de Nueva York que vivГ­a en un parque de casas rodantes. Luego, fue un estudiante con una beca completa en la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton. En vez de relajarse y disfrutar del paseo gratis, se convirtiГі en Presidente de los republicanos del campus y comentarista en el periГіdico de la universidad. Pronto estaba publicando en Breitbart y Drudge. Ahora, en lo que parecГ­a a un suspiro de distancia, era un reportero del NewsMax, cubriendo el Capitolio.

El gimnasio no era de lujo. HabГ­a unos pocos aparatos para entrenamiento cardiovascular, algunos espejos y algunas pesas en un estante. Un anciano usando auriculares y vestido con pantalones deportivos y una camiseta caminaba en una cinta. Jeremy entrГі en el tranquilo vestuario. DoblГі en una esquina y frente a Г©l estaba el hombre que habГ­a venido a ver.

El hombre era alto, unos cincuenta y pico de aГ±os, cabello color plata. Estaba de pie en un armario abierto por lo que Jeremy lo veГ­a de perfil. TenГ­a la espalda recta y sobresalГ­a su mandГ­bula grande. Llevaba una camiseta y pantalones cortos, ambos empapados por la sesiГіn de ejercicio. Sus hombros, brazos, pecho y piernas eran musculosos y definidos. ParecГ­a un lГ­der de hombres.

El hombre era William Ryan, Representante de nueve mandatos de Carolina del Norte y el Presidente de la CГЎmara. Jeremy sabГ­a todo sobre Г©l. VenГ­a de una familia adinerada. HabГ­an tenido plantaciones de tabaco desde antes de la RevoluciГіn. Su tatarabuelo habГ­a sido un senador de los Estados Unidos durante la ReconstrucciГіn. Se habГ­a graduado primero de su clase en la escuela militar Citadel. Era encantador, elegante y ejercГ­a el poder con un sentido de confianza y derecho tan completo que pocas personas en su partido consideraban oponГ©rsele.

"ВїSeГ±or Presidente?".

Ryan se dio vuelta, vio a Jeremy allГ­ y esbozГі una sonrisa brillante. Su camiseta era azul oscura con letras rojas y blancas. Todo lo que decГ­a era AMERICANO ORGULLOSO. Le tendiГі la mano para saludarlo. "Lo siento", dijo. "TodavГ­a estoy un poco sudoroso".

"No hay problema, seГ±or".

"EstГЎ bien", dijo Ryan. "Basta con lo de seГ±or. En privado, me llamas Bill. Si es muy difГ­cil para ti, llГЎmame por mi tГ­tulo. Pero quiero que sepas algo. Yo pedГ­ por ti y te voy a dar una exclusiva. A Гєltima hora de la tarde puede que termine dando una rueda de prensa con todos los medios de comunicaciГіn. No sГ© todavГ­a. Pero hasta ese entonces, durante todo el dГ­a, mis pensamientos sobre esta crisis van a estar bajo tu lГ­nea de autor. ВїCГіmo se siente?".

"Se siente muy bien", dijo Jeremy. "Es un honor. ВїPero por quГ© yo?".

Ryan bajó la voz. "Eres un buen chico. Te he estado siguiendo desde hace mucho tiempo. Y quiero darte un consejo. Totalmente extraoficial. Después de hoy ya no eres un perro de ataque. Eres un periodista experimentado. Quiero que imprimas lo que estoy a punto de decir palabra por palabra, pero a partir de mañana, quiero que te conviertas en alguien un poco más… matizado, digamos. NewsMax es magnífico para lo que es pero en un año a partir de ahora te veo en el Washington Post. Ahí es en donde te necesitamos y sucederá. Pero primero, la gente necesita creer que has madurado y te has convertido en un, digamos, justo y equilibrado reportero convencional. Ya sea que haya sucedido o no, no es importante. Todo es cuestión de percepciones. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?".

"Creo que sГ­", dijo Jeremy. La sangre le rugГ­a en sus oГ­dos. Las palabras eran emocionantes y aterradoras al mismo tiempo.

"Todos necesitamos amigos en lugares altos", dijo el Presidente de la CГЎmara. "Incluso yo. Ahora, dispara".

Jeremy sacó su teléfono. "El grabador está prendido… ahora. Señor, ¿está usted al tanto del robo masivo de material radiactivo que sufrió la ciudad de Nueva York durante la noche?".

"Estoy mГЎs que al tanto", dijo Ryan. "Al igual que todos los estadounidenses, estoy profundamente preocupado. Mis ayudantes me despertaron a las 4 a.m. con la noticia. Estamos en estrecho contacto con la comunidad de inteligencia y estamos monitoreando la situaciГіn de cerca. Como bien saben, he estado trabajando para aprobar una DeclaraciГіn de Guerra del Congreso contra IrГЎn, la cual el Presidente y su partido han estado bloqueando a cada paso. Estamos en una situaciГіn en la que IrГЎn estГЎ ocupando a nuestro aliado, la naciГіn soberana de Irak, y nuestro propio personal tiene que pasar por los puestos de control iranГ­es para entrar y salir de nuestra embajada allГ­. No creo que se haya producido una serie de acontecimientos tan humillante desde la crisis de los rehenes en IrГЎn en 1979".

"ВїUsted cree que IrГЎn llevГі a cabo este robo, seГ±or?".

"En primer lugar, vamos a llamarlo lo que es. Ya sea que estalle una bomba en un tren subterrГЎneo o no, se trata de un ataque terrorista en suelo americano. Al menos dos guardias de seguridad fueron asesinados y la gran ciudad de Nueva York se encuentra en un estado de miedo. En segundo lugar, no tenemos suficiente informaciГіn para identificar aГєn quienes son los terroristas. Sin embargo, sabemos que la debilidad en el escenario mundial alienta este tipo de ataques. Tenemos que mostrar nuestra verdadera fuerza y tenemos que unirnos como paГ­s, tanto la derecha como la izquierda, para defendernos. Invito al Presidente a que se una a nosotros".

"ВїQuГ© le parece que deberГ­a hacer el Presidente?".

"Como mГ­nimo, tiene que declarar el estado de emergencia nacional. DeberГ­a emitir poderes especiales temporales para la aplicaciГіn de la ley hasta que ubiquemos a estas personas. Estos poderes deberГ­an incluir vigilancia sin orden judicial asГ­ como allanamientos aleatorios en todas las estaciones de tren, estaciones de autobuses, aeropuertos, escuelas, plazas pГєblicas, centros comerciales y otros centros de actividad. TambiГ©n tiene que actuar de inmediato para proteger todos los demГЎs depГіsitos de material radiactivo en todos los Estados Unidos".

Jeremy mirГі con detenimiento a los ojos feroces de Ryan. El fuego que se veГ­a era casi suficiente para hacer que se aleje.

"Y esto es lo principal. Si los atacantes sí resultan ser de Irán o si están patrocinados por Irán, entonces tiene que ya sea declarar la guerra o salir del camino y dejar que nosotros lo hagamos. Si esto es de hecho un ataque iraní y frente a esa información el Presidente sigue bloqueando nuestros esfuerzos para proteger a nuestro país y a nuestros aliados en el Medio Oriente… entonces ¿qué opción me deja? Yo mismo iniciaré el proceso de destitución".




CapГ­tulo 11


6:43 a.m.

Calle Setenta y Cinco cerca de Park Avenue – Manhattan



Luke estaba sentado en la parte trasera de uno de los vehГ­culos utilitarios de la agencia con Ed Newsam. Estaban al otro lado de una tranquila y arbolada calle de lujo de alta alcurnia, moderna, con puertas de cristal doble y porteros con guantes blancos en la entrada. Mientras observaban, el portero mantuvo la puerta abierta para una mujer rubia y delgada con un traje blanco que salГ­a a pasear un perro. Odiaba los edificios como Г©ste.

"Bueno, al menos hay una persona en esta ciudad que no parece demasiado preocupada por un ataque terrorista", dijo Luke.

Ed se desplomГі hacia atrГЎs en su asiento. ParecГ­a medio dormido. Con los pantalones cargo de color beige y la camiseta blanca pintada en sus rasgos cincelados, la cabeza como bola blanca y su barba corta, Ed no se parecГ­a a la idea que las personas tienen de un agente federal. Y desde luego no se parecГ­a a nadie que dejarГ­an entrar a este edificio.

Mientras Luke pensaba en Ali Nassar, estaba molesto por su inmunidad diplomГЎtica. Esperaba que Nassar no tratara de hacer una gran cosa al respecto. Luke no tenГ­a paciencia para negociar.

SonГі el telГ©fono de Luke. Le echГі un vistazo. PulsГі el botГіn.

"Trudy", dijo. "ВїEn quГ© puedo ayudarte?".

"Luke, acabamos de recibir informaciГіn de inteligencia", dijo. "El cuerpo que tГє y Don encontraron en el hospital".

"Dime".

"Treinta y un aГ±os de edad, Ibrahim Abdulrahman. Ciudadano libio, nacido en TrГ­poli en una familia muy pobre. Poca o ninguna educaciГіn formal. Se uniГі al ejГ©rcito a los dieciocho aГ±os. En poco tiempo, fue trasladado a la prisiГіn de Abu Salim en donde trabajГі durante varios aГ±os. Ha estado implicado en violaciones de los derechos humanos en la prisiГіn, incluidos tortura y asesinato de opositores polГ­ticos del gobierno. En marzo de 2011, cuando el rГ©gimen comenzГі a derrumbarse, huyГі del paГ­s. Debe haber visto lo que se venГ­a. Un aГ±o mГЎs tarde, apareciГі en Londres, trabajando como guardaespaldas de un joven prГ­ncipe saudГ­".

Los hombros de Luke se desplomaron. "Hmmm. ВїUn torturador de Libia trabajando para un prГ­ncipe saudГ­ que luego termina muerto mientras robaba materiales radiactivos en Nueva York? ВїQuiГ©n era este tipo, en realidad?".

"No tenГ­a antecedentes de vГ­nculos extremistas y no parece haber tenido fuertes creencias polГ­ticas. Nunca fue un soldado de Г©lite de ninguna fuerza militar y parece no haber tenido ninguna formaciГіn avanzada. A mГ­ me parece como si fuera un oportunista, un matГіn a sueldo. DesapareciГі de Londres hace diez meses".

"EstГЎ bien, dame ese nombre otra vez".

"Ibrahim Abdulrahman. Y Luke, necesitas saber algo mГЎs".

"Dime".

"No averigГјГ© yo esta informaciГіn. EstГЎ en el tablero grande en la habitaciГіn principal. Este tipo Myerson de la policГ­a de Nueva York no me dio los identificadores cuando los tuvo e hicieron su propia bГєsqueda. Le dieron la informaciГіn a todo el mundo sin siquiera decirnos. Nos estГЎn dejando afuera".

Luke miró a Ed y revoleó los ojos. Lo último en lo que quería participar era en un concurso de meadas entre organismos. "Está bien, bueno…".

"Escucha, Luke. Estoy un poco preocupada por ti. Te estГЎs quedando sin amigos aquГ­ y dudo que un incidente internacional vaya a ayudar. ВїPor quГ© no pasamos los detalles de la transferencia bancaria y dejamos que se encarguen de esto los de Seguridad Nacional? Podemos pedir perdГіn por la hackeada, decir que nos dejamos llevar por la situaciГіn. Si vas a ver a ese diplomГЎtico ahora, te estГЎs poniendo tГє solo en la cuerda floja".

"Trudy, ya estoy allГ­".

"Luke–"

"Trudy, voy a colgar ahora".

"Estoy tratando de ayudarte", dijo.

DespuГ©s de colgar, mirГі a Ed.

"ВїEstГЎs listo?".

Ed apenas se moviГі. Hizo un gesto hacia el edificio.

"NacГ­ para hacer esto".


*

"ВїPuedo ayudarlos, caballeros?", dijo el hombre en cuanto entraron.

Un brillante candelabro colgaba del techo en el vestГ­bulo principal. A la derecha habГ­a un sofГЎ y un par de sillas de diseГ±o. HabГ­a un extenso mostrador lo largo de la pared de la izquierda con otro portero de pie detrГЎs de Г©l. TenГ­a un telГ©fono, una computadora y un panel de pantallas de vГ­deo. TambiГ©n tenГ­a un pequeГ±o aparato de TV que mostraba las noticias.

El hombre aparentaba unos cuarenta y cinco. TenГ­a los ojos enrojecidos y venosos, no necesariamente inyectados en sangre. Su cabello estaba peinado hacia atrГЎs. ParecГ­a que acababa de salir de la ducha. Luke supuso que habГ­a trabajado tanto tiempo aquГ­ que podГ­a beber toda la noche y hacer el trabajo dormido. Probablemente conocГ­a de vista a todas las personas que alguna vez salieron o entraron de este lugar. Y sabГ­a que Luke y Ed no pertenecГ­an allГ­.

"Ali Nassar", dijo Luke.

El hombre tomГі el telГ©fono. "El seГ±or Nassar. El pent-house. ВїQuiГ©n le digo que le estГЎ llamando?".

Sin decir una palabra, Ed se deslizГі sobre el mostrador y apretГі el mango en el auricular, cortando la comunicaciГіn del hombre. Ed era grande y fuerte como un leГіn pero, cuando se movГ­a, era fluido y elegante como una gacela.

"No puede decir quiГ©n lo estГЎ llamando", dijo Luke. Le mostrГі su placa al portero. Ed hizo lo mismo. "Agentes federales. Tenemos que hacerle algunas preguntas al seГ±or Nassar".

"Me temo que eso no serГЎ posible en este momento. El seГ±or Nassar no acepta llamadas antes de las 8 a.m.".

"Entonces, Вїpor quГ© tomГі el telГ©fono?", dijo Newsam.

Luke mirГі a Ed. Esa fue una respuesta ГЎgil. Ed no parece del tipo de personas que participaban del equipo de debate en la escuela pero podrГ­a haberlo hecho bien.

"ВїHas estado viendo las noticias?", dijo Luke. "Estoy seguro de que has oГ­do hablar de los residuos radiactivos que han desaparecido. Tenemos razones para creer que el Sr. Nassar puede saber algo acerca de eso".

El hombre miraba hacia delante. Luke sonriГі. Ya habГ­a manchado a Nassar. Este portero era un centro de comunicaciГіn. Para maГ±ana, cada persona en el edificio iba a saber que personal del gobierno habГ­a ido a interrogar a Nassar sobre sus actividades terroristas.

"PerdГіn, seГ±or", comenzГі el hombre.

"No tiene que pedir perdón", dijo Luke. "Todo lo que tiene que hacer es darnos acceso al pent-house. Si no lo hace, lo voy a arrestar en este momento por obstrucción a la justicia y lo llevaré de aquí esposado. Estoy seguro de que no quiere eso y yo no quiero hacerlo. Así que denos la llave o el código o lo que sea y luego siga con sus cosas. Además, sepa que si manipula el ascensor una vez que estemos dentro de él, no sólo voy a arrestarlo por obstrucción, sino que voy a arrestarlo como encubridor de cuatro homicidios y el robo de materiales peligrosos. El juez le fijará una fianza de diez millones de dólares y se pudrirá en Rikers Island en espera de un juicio durante los próximos doce meses. ¿Le suena atractivo…", Luke echó un vistazo a la placa de identificación del hombre.

"ВїJohn?".


*

"ВїDe verdad ibas a arrestar a ese hombre?", dijo Ed.

Era un ascensor de cristal que se movГ­a a travГ©s de un tubo de vidrio redondo en la esquina suroeste del edificio. A medida que se elevaban, la vista de la ciudad se tornaba impresionante, luego vertiginosa. Pronto, podrГ­an llegar a ver una vasta extensiГіn: el Edificio del Empire State directamente en frente de ellos, el edificio de las Naciones Unidas a su izquierda. A lo lejos, una lГ­nea de aviones se reflejaba en el sol de la maГ±ana a medida que se aproximaban al Aeropuerto LaGuardia.

Luke sonriГі. "ВїArrestarlo por quГ©?".

Ed riГі por lo bajo. El ascensor seguГ­a elevГЎndose, para arriba y para arriba.

"Viejo, estoy cansado. Justo me estaba yendo a la cama cuando Don me llamГі".

"Lo sГ©", dijo Luke. "Yo tambiГ©n".

Ed sacudiГі su cabeza. "No he hecho esto de estar toda la noche despierto por un buen tiempo. No lo extraГ±o".

El ascensor llegГі a la planta superior. Se escuchГі un timbre suave y las puertas se deslizaron hacia los costados.

Entraron en un amplio pasillo. El suelo era de piedra pulida. Justo enfrente de ellos, diez metros por delante, habГ­a dos hombres parados. Eran hombres grandes de piel oscura vestidos con traje, tal vez persas, tal vez alguna otra etnia. Estaban bloqueando unas puertas dobles. A Luke no le importaba mucho.

"Parece que nuestro portero llamГі con anticipaciГіn".

Uno de los hombres en el pasillo agitГі la mano. "ВЎNo! Debe volver. No puede venir aquГ­".

"Agentes federales", dijo Luke. Г‰l y Ed se acercaron a los hombres.

"ВЎNo! No tienen ninguna jurisdicciГіn. Nos negamos a que ingresen".

"Creo que no me voy a molestar en mostrarles la placa", dijo Luke.

"SГ­", dijo Ed. "No hay razГіn para hacerlo".

"Cuando yo diga, Вїde acuerdo?".

"Por supuesto".

Luke esperГі un segundo.

"Ahora".

Estaban a un metro y medio de los hombres. Luke se acercГі al hombre frente a Г©l y dio el primer puГ±etazo. Se sorprendiГі de lo lento que su puГ±o parecГ­a moverse. El hombre medГ­a mГЎs de diez centГ­metros que Luke. TenГ­a la envergadura de un gran pГЎjaro. BloqueГі el golpe de Luke con facilidad y le agarrГі la muГ±eca. Era fuerte. ApretГі a Luke para llevГЎrselo mГЎs cerca de Г©l.

Luke levantГі una rodilla hasta la ingle, pero el hombre la bloqueГі con su pierna. El hombre puso una mano grande en la garganta de Luke. Sus dedos se cerraron como las garras de un ГЎguila clavГЎndose en la carne vulnerable.

Con la mano libre, su izquierda, Luke le clavГі los dedos en los ojos. El dedo Г­ndice y el medio, uno en cada ojo. No fue un golpe directo, pero hizo el trabajo. El hombre soltГі a Luke y dio un paso hacia atrГЎs. Sus ojos se humedecieron. ParpadeГі y sacudiГі la cabeza. Luego sonriГі.

Iba a ser una pelea.

Entonces Newsam estaba allГ­, repentino, como un fantasma. AgarrГі la cabeza del hombre con ambas manos y la estallГі contra la pared. La violencia del acto fue profunda. Algunas personas golpeaban la cabeza de un oponente contra la pared. Ed Newsam lo hizo como si estuviera tratando de romper la pared con la cabeza del hombre.

ВЎBang!

La cara del hombre se desfigurГі de dolor.

ВЎBang!

Se le soltГі la mandГ­bula.

ВЎBang!

Se le pusieron los ojos en blanco.

Luke levantГі una mano. "ВЎEd! Listo. Creo que lo tienes. EstГЎ acabado. BГЎjalo con cuidado. Estos pisos parecen mГЎrmol".

Luke echГі un vistazo al otro guardia. Ya estaba tumbado en el suelo con los ojos cerrados, la boca abierta y la cabeza apoyada en la pared. Ed se habГ­a encargado de los dos. Luke no habГ­a hecho ni un abollГіn.

Luke sacГі un par de bandas de sujeciГіn de plГЎstico de su bolsillo y se arrodillГі junto a su hombre. Le atГі los tobillos. Los atГі apretados, como un cerdo. Eventualmente, alguien vendrГ­a y cortarГ­a estas cosas. Cuando lo hicieran, el tipo probablemente no tendrГ­a ninguna sensaciГіn en sus pies durante una hora.

Ed estaba haciendo lo mismo con su hombre.

"EstГЎs un poco oxidado, Luke", dijo.

"ВїYo? Nah. Ni siquiera tengo que pelear. Me contrataron por mi cerebro". TodavГ­a podГ­a sentir el lugar de la garganta en donde habГ­a estado la mano del hombre. Iba a doler maГ±ana.

Ed negГі con la cabeza. "Era Delta Force, como tГє. EntrГ© dos aГ±os despuГ©s de la operaciГіn Puesto de Vigilancia Stanley en NuristГЎn. La gente todavГ­a hablaba de ello. La forma en que los dejaron allГ­ y fueron invadidos. Por la maГ±ana, sГіlo tres hombres seguГ­an luchando. TГє eras uno de ellos, Вїverdad?".

Luke gruñó. "No estoy al tanto de la existencia de…".

"No me jodas", dijo Ed. "Clasificada o no, conozco la historia".

Luke habГ­a aprendido a vivir su vida en compartimentos hermГ©ticos. Rara vez hablaba sobre el incidente en la base de fuego. HabГ­a pasado en una vida anterior en una esquina del este de AfganistГЎn tan remota que sГіlo poner algunas tropas sobre el terreno se suponГ­a que significaba algo. Era historia antigua. Su esposa ni siquiera sabГ­a sobre eso.

Pero Ed era Delta, así que… bueno.

"SГ­", dijo. "Estuve ahГ­. Una mala inteligencia nos puso allГ­ y se convirtiГі en la peor noche de mi vida". Hizo un gesto hacia los dos hombres en el suelo.

"Hace que esto se vea como un episodio de Días Felices. Perdimos nueve hombres buenos. Justo antes del amanecer, nos quedamos sin munición". Luke negó con la cabeza. "Se puso feo. La mayoría de nuestros chicos estaban muertos para ese entonces. Y los tres que lo logramos… no sé si alguna vez realmente volvimos. Martínez está paralizado de la cintura para abajo. Lo último que supe es que Murphy no tiene hogar, vive entrando y saliendo de la sala de psiquiatría para Veteranos de Guerra".

"ВїY tГє?".

"Tengo pesadillas hasta el dГ­a de hoy".

Ed estaba amarrandoВ  las muГ±ecas de su hombre. "Conozco a un tipo que estuvo en el servicio de limpieza despuГ©s de que despejaron la zona. Dijo que contaron 167 cuerpos en esa colina sin incluir los nuestros. Hubo 21 muertes de enemigos en combate cuerpo a cuerpo en el interior del perГ­metro".

Luke mirГі. "ВїPorquГ© me estГЎs diciendo esto?".

Ed se encogiГі de hombros. "EstГЎs un poco oxidado. No hay que tener vergГјenza en admitir eso. Y puede que seas inteligente. Y puede que seas pequeГ±o. Pero tambiГ©n eres un matГіn igual que yo".

Luke soltГі la risa. "Bueno. Estoy oxidado. Pero, Вїa quiГ©n estГЎs llamando pequeГ±o?". Se riГі, mirando a la enorme contextura de Ed.

Ed le contestГі con una risa. RegistrГі los bolsillos del hombre en el suelo. En unos pocos segundos encontrГі lo que estaba buscando. Era una tarjeta electrГіnica para la cerradura digital montada en la pared junto a la puerta doble.

"ВїEntramos?".

"DespuГ©s de ti", dijo Ed.




CapГ­tulo 12


"ВЎNo pueden estar aquГ­!", gritГі el hombre. "ВЎFuera! ВЎFuera de mi casa!".

Estaban parados en una amplia sala de estar. HabГ­a un piano blanco de media cola en la esquina mГЎs alejada, ventanas casi desde el piso al techo con mГЎs vistas espectaculares. La luz de la maГ±ana fluГ­a como un rГ­o. Cerca habГ­a un sofГЎ moderno blanco y un juego de mesa con sillas decorativas agrupadas en torno a una gigante televisiГіn de pantalla plana montada en la pared. En la pared opuesta habГ­a un lienzo enorme de tres metros de altura con locas salpicaduras y gotas de color brillante. Luke sabГ­a algo sobre arte. Supuso que era un Jackson Pollock.

"Sí, ya hemos discutido todo eso con los chicos en el pasillo", dijo Luke. "No podemos estar aquí y sin embargo… aquí estamos".

El hombre no era alto. Era pequeГ±o y regordete y llevaba una bata de baГ±o blanca. SostenГ­a un gran rifle y apuntaba su caГ±Гіn hacia ellos. A Luke le parecГ­a que era una vieja pistola Browning de safari probablemente cargada con proyectiles .270 Winchester. Esa cosa podГ­a acabar con un alce a cuatrocientos metros.

Luke se moviГі hacia el lado derecho de la habitaciГіn y Ed hacia el izquierdo. El hombre columpiaba el rifle de un lado a otro sin saber a quiГ©n apuntar.

"ВїAli Nassar?".

"ВїQuiГ©n pregunta?".

"Soy Luke Stone. Г‰l es Ed Newsam. Somos agentes federales".

Luke y Ed rodeaban al hombre moviГ©ndose mГЎs cerca.

"Soy un diplomГЎtico de las Naciones Unidas. No tienen jurisdicciГіn aquГ­".

"SГіlo queremos hacerle un par de preguntas".

"He llamado a la policГ­a. LlegarГЎn en unos momentos".

"En ese caso, Вїpor quГ© no baja el arma? Escuche, es un arma vieja. Esa cosa tiene un sistema de cerrojo. Si dispara una vez, nunca tendrГЎ tiempo para cargar el siguiente proyectil".

"Entonces lo voy a matar a usted y dejarГ© al otro vivo".

GirГі hacia Luke. Luke siguiГі moviГ©ndose a lo largo de la pared. AlzГі las manos para mostrar que no era una amenaza. HabГ­a tenido tantas armas apuntГЎndolo en su vida que hacГ­a tiempo que habГ­a perdido la cuenta de cuГЎntas llevaba. Sin embargo, algo no se sentГ­a bien con este tipo. Ali Nassar no parece ser un tirador avezado pero, si se las arreglaba para disparar un tiro, le iba a hacer un gran agujero a algo.

"Si yo fuera tГє, matarГ­a a ese hombre grande de allГ­. Porque si me matas, no se sabes lo que va a hacer ese tipo. Le caigo bien".

Nassar no se alterГі. "No. Te matarГ© a ti".

Ed ya estaba detrГЎs del hombre y a menos de tres metros. CruzГі la distancia en una fracciГіn de segundo. GolpeГі el caГ±Гіn del arma hacia arriba, al mismo tiempo que Nassar apretaba el gatillo.

ВЎBOOM!

El estruendo sonГі fuerte en las paredes del apartamento. El tiro hizo un agujero en el yeso blanco del techo.

En un solo movimiento, Ed le arrebatГі el arma, le dio un puГ±etazo en la mandГ­bula a Nassar y lo guiГі a un asiento en una de las sillas decorativas.

"EstГЎ bien, siГ©ntese. Cuidado, por favor".

Nassar estaba impactado por el puГ±etazo. Pasaron varios segundos hasta que sus ojos se volvieran a centrar. Se llevГі una mano regordeta al chichГіn rojo que ya estaba saliГ©ndole en la mandГ­bula.

Ed le mostrГі el rifle a Luke. "ВїQuГ© te parece esta cosa?". Era un adorno con una culata con incrustaciones de perlas y el barril pulido. Probablemente habГ­a estado colgado en una pared en algГєn lugar unos minutos antes.

Luke volviГі su atenciГіn hacia el hombre de la silla. EmpezГі desde el principio otra vez.

"ВїAli Nassar?".

El hombre estaba haciendo pucheros. ParecГ­a enojado de la misma manera que se veГ­a el hijo de Luke, Gunner, cuando tenГ­a cuatro aГ±os.

AsintiГі con la cabeza. "Obviamente".

Luke y Ed se movieron rГЎpidamente sin perder tiempo.

"No pueden hacerme esto", dijo Nassar.

Luke echГі un vistazo a su reloj. Eran las 7 a.m. Los policГ­as podrГ­an aparecer en cualquier momento.

Lo tenГ­an en una oficina justo al lado de la sala principal. Le habГ­an quitado la bata.

Le habГ­an quitado sus pantuflas. Llevaba ropa interior ajustada y nada mГЎs. Su estГіmago grande sobresalГ­a. Era tenso como un tambor. Lo tenГ­an sentado en un sillГіn con las muГ±ecas atadas a los brazos de la silla y los tobillos atados a las patas.

La oficina tenГ­a un escritorio con una computadora de torre de estilo antiguo y un monitor de escritorio. La CPU estaba dentro de una caja de acero espeso que a su vez estaba anclada al suelo de piedra. No habГ­a ninguna manera obvia de abrir la caja: sin cerradura, sin puerta, nada. Para llegar a la unidad de disco duro, un soldador tendrГ­a que cortar la caja. No iba a haber tiempo para eso.

Luke y Ed observaban a Nassar.

"Tienes una cuenta numerada en el Royal Heritage Bank en la Isla Gran CaimГЎn", dijo Luke. "El 3 de marzo, hiciste una transferencia de $250.000 a una cuenta que era propiedad de un hombre llamado Ken Bryant. Ken Bryant fue estrangulado hasta la muerte en algГєn momento de anoche en un apartamento en Harlem".

"No tengo idea de lo que estГЎs hablando".

"Eres el empleador de un hombre llamado Ibrahim Abdulrahman quien muriГі esta maГ±ana en un subsuelo del Centro Medical Center. Lo mataron con un disparo en la cabeza mientras estaba robando material radiactivo".

Un destello de reconocimiento pasГі por la cara de Nassar.

"No conozco a ese hombre".

Luke respirГі profundamente. Normalmente, tendrГ­a horas para entrevistar a un sujeto como este. Hoy tenГ­a minutos. Eso significaba que puede que tuviera que hacer un poco de trampa.

"ВїPor quГ© estГЎ tu computadora anclada al suelo?".

Nassar se encogiГі de hombros. Estaba empezando a recuperar su confianza. Luke casi podГ­a verla inundГЎndolo. El hombre creГ­a en sГ­ mismo. PensГі que iba a evadirlos.

"Hay una gran cantidad de material confidencial allí. Tengo clientes que se dedican a negocios relacionados con la propiedad intelectual. También soy, como he indicado, un diplomático asignado a las Naciones Unidas. Recibo comunicaciones de vez en cuando que son… ¿cómo las llamarías? Clasificadas. Estoy en estos puestos porque soy conocido por mi discreción".

"Eso puede ser", dijo Luke. "Pero voy a necesitar que me des la contraseГ±a para que pueda echar un vistazo por mГ­ mismo".

"Me temo que eso no serГЎ posible".

DetrГЎs de Nassar, Ed riГі. Sonaba como un gruГ±ido.

"Se puede sorprender por lo que es posible", dijo Luke. "El hecho es que vamos a tener acceso a esa computadora. Y vas a darnos la contraseГ±a. Ahora, hay una manera fГЎcil de hacer esto y una manera difГ­cil. La elecciГіn depende de ti".

"No me harГЎs daГ±o", dijo Nassar. "Ya estГЎs en grandes problemas".

Luke mirГі a Ed. Ed se acercГі y se arrodillГі al costado derecho de Nassar. TomГі la mano derecha de Nassar en sus dos poderosas manos.

Luke y Ed se habГ­an conocido por primera vez esa noche pero ya estaban comenzando a trabajar juntos sin comunicaciГіn verbal. Era como si estuviesen leyГ©ndose la mente. Luke ya habГ­a experimentado esto, por lo general con tipos que habГ­an estado en las unidades de operaciones especiales como Delta. La relaciГіn por lo general tomaba mГЎs tiempo en desarrollarse.

"ВїTocas el piano allГ­?", dijo Luke.

Nassar asintiГі. "Tengo formaciГіn clГЎsica. Cuando era joven, era pianista de concierto. TodavГ­a toco un poco por diversiГіn".

Luke se puso en cuclillas para estar al mismo nivel de vista con Nassar.

"En un momento, Ed va a empezar a romperte los dedos. Eso va a hacer que sea difГ­cil tocar el piano. Y va a doler probablemente bastante. No estoy seguro de que sea el tipo de dolor al cual un hombre como tГє estГ© acostumbrado".

"No lo harГЎs".

"La primera vez, voy a contar hasta tres. Eso te darГЎ unos Гєltimos segundos para decidir lo que quieres hacer. A diferencia de ti, advertimos a la gente antes de herirla. No robamos material radiactivo y pretendemos matar a millones de personas inocentes. Diablos, vas a recibir poco en comparaciГіn con lo que estГЎs haciГ©ndole a los demГЎs. Pero despuГ©s de la primera vez, no habrГЎ mГЎs advertencias. Simplemente voy a mirar a Ed y Г©l te romperГЎ otro dedo. ВїEntiendes?".

"Voy a hacer que te despidan", dijo Nassar.

"Uno".

"Eres un hombre pequeГ±o sin ningГєn poder. Te vas a arrepentir de haber venido aquГ­".

"Dos".

"ВЎNo te atrevas!".

"Tres".

Ed rompiГі el meГ±ique de Nassar en el segundo nudillo. Lo hizo rГЎpidamente con muy poco esfuerzo. Luke oyГі el crujido, justo antes de que Nassar gritara. El meГ±ique se inclinГі hacia un lado. HabГ­a algo casi obsceno en el ГЎngulo.

Luke puso su mano bajo la barbilla de Nassar y le levantГі la cabeza. Los dientes de Nassar estaban apretados. Su cara estaba enrojecida y su respiraciГіn era entrecortada. Pero sus ojos eran implacables.

"Eso fue sГіlo el meГ±ique", dijo Luke. "El siguiente es el dedo pulgar. Los pulgares duelen mucho mГЎs que los meГ±iques. Los pulgares ademГЎs son mГЎs importantes".

"Animales. No te dirГ© nada".

Luke mirГі a Ed. La cara de Ed estaba dura como una piedra. Se encogiГі de hombros y le rompiГі el pulgar. Esta vez hizo un fuerte sonido crujiente.

Luke se puso de pie y dejГі que el hombre gritara por un momento. El ruido era ensordecedor. PodГ­a escucharlo haciendo eco en el apartamento como algo de una pelГ­cula de terror. QuizГЎs deberГ­an buscar una toalla de mano en la cocina para usarla como mordaza.

Se paseГі por la habitaciГіn. No le gustaban este tipo de cosas. Era tortura, comprendГ­a eso. Pero los dedos del hombre se curarГ­an. Si una bomba sucia explotaba en un tren subterrГЎneo, muchas personas morirГ­an. Los supervivientes se enfermarГ­an. Nadie podrГ­a curarse jamГЎs. En la balanza, entre los dedos del hombre y las personas muertas en un tren, la decisiГіn era fГЎcil.

Nassar lloraba ahora. Le chorreaba moco claro de una de sus fosas nasales. Respiraba alocadamente. Sonaba como eh-eh-eh-eh.

"MГ­rame", dijo Luke.

El hombre hizo lo que se le dijo. Sus ojos ya no eran implacables.

"Veo que el pulgar llamГі tu atenciГіn. AsГ­ que el siguiente serГЎ el pulgar izquierdo. DespuГ©s de eso, vamos a empezar con los dientes. ВїEd?".

Ed se moviГі a la izquierda del hombre.

"Khalil Gibran", dijo Nassar con la voz entrecortada.

"ВїQuГ© dijiste? No te escuchГ©".

" Khalil guiГіn bajo Gibran. Es la contraseГ±a".

"ВїComo el autor?", dijo Luke.

"SГ­".

"ВїY quГ© es trabajar con amor?", dijo Ed, citando a Gibran.

Luke sonriГі. "Es tejer la tela con hilos sacados de vuestro corazГіn, como si vuestro ser mГЎs amado tuviera que vestirse con esa tela. Tenemos eso en la pared de nuestra cocina en casa. Me encanta eso. Creo que somos simplemente tres romГЎnticos incurables aquГ­".

Luke fue a la computadora y pasГі el dedo por el panel tГЎctil. ApareciГі el cuadro de contraseГ±a. TipeГі las palabras.

Khalil_Gibran

ApareciГі la pantalla del escritorio. El fondo de pantalla era una foto de montaГ±as nevadas con praderas amarillas y verdes en primer plano.

"Parece que estamos en carrera. Gracias, Ali".

Luke sacГі un disco duro externo que habГ­a recibido de Swann del bolsillo superior de sus pantalones cargo. Lo enchufГі a un puerto USB. El disco externo tenГ­a gran capacidad. DeberГ­a absorber con facilidad toda la computadora de este hombre. PodrГ­an preocuparse despuГ©s de descifrar cualquier tipo de encriptado.

La transferencia de archivos comenzГі. En la pantalla, apareciГі una barra horizontal vacГ­a. Desde la izquierda, la barra comenzГі a llenarse con color verde. Tres por ciento verde, cuatro por ciento, cinco. Debajo de la barra, una rГЎfaga de nombres de archivos aparecГ­a y desaparecГ­a a medida que cada uno se iba copiando en la unidad de destino.

Ocho por ciento. Nueve por ciento.

Afuera, en la sala principal, hubo una conmociГіn repentina. Las puertas de entrada se abrieron de golpe. "ВЎPolicГ­a!", gritГі alguien. "ВЎTiren sus armas! ВЎAl piso!".

Se movГ­an por el apartamento derribando cosas, volando puertas. ParecГ­a que eran un montГіn. EstarГ­an aquГ­ en cualquier momento.

"ВЎPolicГ­a! ВЎAbajo! ВЎAbajo! ВЎAgГЎchense!".

Luke echГі un vistazo a la barra horizontal. ParecГ­a estar atascada en doce por ciento.

Nassar miraba fijamente a Luke. Sus ojos se veГ­an pesados. Le corrГ­an lГЎgrimas. Sus labios temblaban. Su cara estaba roja y su cuerpo casi desnudo estaba completamente empapado en sudor. No se veГ­a para nada vindicado o triunfal.




CapГ­tulo 13


7:05 a.m.

Baltimore, Maryland – Sur del Túnel Fort McHenry



Eldrick Thomas despertГі de un sueГ±o.

En el sueГ±o, estaba en una pequeГ±a cabaГ±a en lo alto de las montaГ±as. El aire era limpio y frГ­o. SabГ­a que estaba soГ±ando porque nunca habГ­a estado en una cabaГ±a antes. HabГ­a una chimenea de piedra con un fuego encendido. El fuego era cГЎlido y Г©l levantГі las manos hacia las llamas. En la habitaciГіn de al lado podГ­a oГ­r la voz de su abuela. Estaba cantando un viejo cГЎntico de iglesia. TenГ­a una hermosa voz.

AbriГі sus ojos a la luz del dГ­a.

SentГ­a una gran cantidad de dolor. Se tocГі el pecho. Estaba pegajoso por la sangre pero los disparos no lo habГ­an matado. Estaba enfermo por la radiactividad. Se acordГі de eso. MirГі a su alrededor. Estaba tumbado en un poco de barro y estaba rodeado de espesos arbustos. A su izquierda habГ­a una gran masa de agua; un rГ­o o un puerto de algГєn tipo. PodГ­a oГ­r una carretera en algГєn lugar cercano.

Ezatullah lo había perseguido hasta aquí. Pero eso fue… hace mucho tiempo. Ezatullah probablemente ya se había ido.

"Vamos, viejo", dijo con voz ronca. "Tienes que moverte".

Hubiera sido fГЎcil simplemente quedarse aquГ­. Pero si lo hacГ­a, iba a morir. No querГ­a morir. No querГ­a ser mГЎs un yihadista. Simplemente querГ­a vivir. Incluso si pasaba el resto de su vida en prisiГіn, estarГ­a bien. La cГЎrcel estaba bien. HabГ­a estado mucho en la cГЎrcel. No era tan mala como decГ­an las personas.

IntentГі levantarse pero no podГ­a sentir sus piernas. Simplemente parecГ­an haber desaparecido. RodГі sobre su estГіmago. El dolor lo atravesГі quemГЎndolo como si fuese una descarga elГ©ctrica. Se fue a un lugar oscuro. El tiempo pasГі. DespuГ©s de un rato, regresГі. TodavГ­a estaba aquГ­.

EmpezГі a arrastrarse con las manos agarrando la suciedad y el barro y halando para avanzar. Se arrastrГі hasta una larga colina; la colina por la que habГ­a caГ­do la noche anterior, la colina que probablemente le habГ­a salvado la vida. Estaba llorando por el dolor pero siguiГі avanzando. No le importaba una mierda el dolor; sГіlo estaba tratando de llegar hasta la punta de esta colina.

PasГі mucho tiempo. Estaba tumbado boca abajo en el barro. Los arbustos eran un poco menos densos aquГ­. MirГі a su alrededor. Estaba por encima del rГ­o ahora. El agujero en la cerca estaba directamente delante de Г©l. Se arrastrГі hacia Г©l.

QuedГі atrapado en la parte inferior de la cerca, mientras que se arrastraba para pasar. El dolor le hizo gritar.

Dos viejos hombres negros estaban sentados en cubos blancos no muy lejos. Eldrick los vio con claridad surrealista. Nunca habГ­a visto a alguien tan claramente antes. TenГ­an caГ±as de pescar, cajas de aparejos y un gran cubo blanco. TenГ­an un refrigerador grande azul con ruedas. TenГ­an bolsas de papel blancas y bandejas de espuma de polietileno de desayuno de McDonald. DetrГЎs de ellos habГ­a un viejo Oldsmobile oxidado.

Sus vidas eran el paraГ­so.

Dios, por favor, dГ©jame ser ellos.

Cuando gritГі, los hombres corrieron hacia Г©l.

"ВЎNo me toquen!", dijo. "Estoy contaminado".




CapГ­tulo 14


7:09 a.m.

La Casa Blanca – Washington, DC

Thomas Hayes, el Presidente de los Estados Unidos, estaba en pantalones y camisa de vestir en la mesada de la cocina familiar de la Casa Blanca. PelГі un plГЎtano y esperГі que se preparara el cafГ©. Cuando estaba solo, preferГ­a entrar aquГ­ silenciosamente y hacerse un desayuno sencillo. Ni siquiera se habГ­a puesto la corbata todavГ­a. Estaba descalzo. Y estaba atormentado con pensamientos oscuros.

Estas personas me estГЎn comiendo vivo.

El pensamiento era un intruso no bienvenido en su mente; el tipo de cosa que se le ocurrГ­a mГЎs y mГЎs en estos dГ­as. Hubo un tiempo en el cual habГ­a sido la persona mГЎs optimista que conocГ­a. Desde sus primeros dГ­as, siempre habГ­a sido el jugador mГЎs destacado en donde fuera que se encontrara.

Mejor estudiante de escuela secundaria, capitГЎn del equipo de remo, Presidente del cuerpo estudiantil. Summa cum laude en Yale, summa cum laude en Stanford. Becario Fulbright. Presidente del Senado del Estado de Pensilvania. Gobernador de Pensilvania.

Siempre habГ­a creГ­do que podГ­a encontrar la soluciГіn adecuada a cualquier problema. Siempre habГ­a creГ­do en el poder de su liderazgo. Lo que es mГЎs: siempre habГ­a creГ­do en la bondad inherente de las personas. Esas cosas ya no eran ciertas. Cinco aГ±os de mandato le habГ­an sacado a golpes el optimismo.

PodГ­a manejar las largas horas. PodГ­a manejar los distintos departamentos y la gran burocracia. Hasta hace poco, habГ­a estado en tГ©rminos decentes con el PentГЎgono. PodГ­a vivir con el servicio secreto a su alrededor las veinticuatro horas del dГ­a, metiГ©ndose en cada uno de los aspectos de su vida.

Incluso podГ­a manejar los medios de comunicaciГіn y las formas vulgares en que lo atacaban. PodГ­a vivir con la forma en que se burlaban de su "crianza de country club" y cГіmo Г©l era un "liberal de limusina" supuestamente carente de don de gentes. El problema no era los medios de comunicaciГіn.

El problema era la CГЎmara de Representantes. Eran inmaduros. Eran mentecatos.

Eran sГЎdicos. Eran una turba de vГЎndalos con la intenciГіn de desguazarlo y llevГЎrselo, una pieza a la vez. Era como si la CГЎmara fuera un congreso de estudiantes en una escuela secundaria pero uno en donde los niГ±os hubieran elegido a los peores delincuentes juveniles de la escuela para ocupar los cargos.

Los Republicanos principales eran una devastadora horda de bГЎrbaros medievales y los del Tea Party eran anarquistas lanza bombas. Mientras tanto, mГЎs cerca de su partido, el LГ­der de la MinorГ­a velaba por su propia candidatura futura a la Oficina Oval y no escondГ­a en lo mГЎs mГ­nimo que estaba dispuesto a tirar al actual Presidente debajo de un autobГєs. Los DemГіcratas Conservadores eran traidores de dos caras: en un momento eran pueblerinos arteros y al siguiente hombres blancos enojados despotricando contra los ГЎrabes y los inmigrantes y la delincuencia en zonas marginales. Todas las maГ±anas, Thomas Hayes se despertaba con la certeza de que su grupo de amigos y aliados se hacГ­a mГЎs pequeГ±o segundo a segundo.




Конец ознакомительного фрагмента.


Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=43694143) на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.



Если текст книги отсутствует, перейдите по ссылке

Возможные причины отсутствия книги:
1. Книга снята с продаж по просьбе правообладателя
2. Книга ещё не поступила в продажу и пока недоступна для чтения

Навигация